Este lunes: El Foro Económico Mundial de Davos
vuelve a reunirse tras dos años.
Más de 2.000 líderes políticos, empresariales y de distintas organizaciones debatirán sobre el actual escenario mundial, dominado por la pandemia del coronavirus y los efectos de la invasión de Rusia en Ucrania.
El Foro Económico Mundial (WEF, por su sigla en inglés) volverá a reunirse este lunes de forma presencial por primera vez después de dos años, en Davos, Suiza, donde líderes políticos, empresariales y de distintas organizaciones debatirán sobre el actual escenario mundial, dominado por la pandemia del coronavirus y los efectos de la invasión de Rusia en Ucrania.
El evento reunirá a más de 2.000 líderes y expertos de todo el mundo y se extenderá hasta el jueves próximo.
Se espera que los ejes principales de las discusiones sean los altos precios -y su consecuente escasez, en muchos países- de alimentos y combustibles, así como la invasión rusa de Ucrania, el cambio climático, las graves desigualdades económicas y el surgimiento de regímenes autoritarios, aparte de los persistentes efectos de la pandemia.
Entre sus principales oradores estarán el canciller de Alemania, Olaf Scholz; el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy; el delegado estadounidense para temas climáticos, John Kerry; el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; y a la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, entre otros.
Fue justamente Georgieva quien el domingo publicó un artículo junto a la directora del departamento de estudios del FMI, Gita Gopinath, en el que aseguró que el Foro tendrá lugar en un momento en el que «la economía global enfrenta quizás su mayor prueba desde la Segunda Guerra Mundial».
«Nos enfrentamos a una confluencia potencial de calamidades», aseguró Georgieva, al alertar sobre los problemas referidos a la fragilidad económica mundial y la necesidad de encontrar soluciones comunes entre los países que eviten que «los costos de una mayor desintegración».
Para ello, llamó a países y empresas a trabajar en una serie de desafíos, entre los que incluyó el «reducir las barreras comerciales para aliviar la escasez y bajar los precios de los alimentos y otros productos» y a «intensificar los esfuerzos conjuntos para hacer frente a la deuda», dado que cerca del 60% de los países de bajos ingresos tienen «vulnerabilidades significativas» y que «algunos necesitarán una reestructuración de la deuda».
Al mismo tiempo, llamó a «modernizar los pagos transfronterizos», para lo que propuso crear una «plataforma digital pública global», que permita enviar dinero a un costo mínimo y con la máxima velocidad y seguridad, en un esquema que permita también la inclusión de «varias formas de dinero, incluidas las monedas digitales del banco central.
El último de los ejes es el cambio climático, que señaló como «el desafío existencial que se cierne sobre todo», y que incluye la necesidad de «cerrar urgentemente la brecha entre la ambición y la política».
El Foro Económico Mundial fue fundado en 1971 y suele celebrarse en enero de cada año, pero por razones del Covid tuvo una versión virtual limitada este año y, de forma excepcional, se celebra ahora en mayo retomando el formato presencial.