Estiman que 8,4 millones de hectáreas de soja
y maíz presentan algún grado de déficit hídrico.
La superficie que tiene condiciones de sequía extrema se ubica en torno a las 888.000 hectáreas. La Bolsa porteña ya realizó recortes a la estimación de la producción de cultivos.
La superficie implantada con soja y maíz que se encuentra con problemas de déficit hídrico alcanza las 8,4 millones de hectáreas, de las cuales el 77,4% corresponden a lotes sembrados con la oleaginosa y el restante 22,6% al maíz, estimó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).
De esta manera, de las 23,6 millones de hectáreas que ocupan en conjunto estos cultivos, el 35,6% presenta algún grado de falta de agua que podría afectar los rendimientos.
No obstante este porcentaje, la superficie que tiene condiciones de sequía extrema se ubica en torno a las 888.000 hectáreas, mientras que 7,5 millones de hectáreas se encuentran en un estado hídrico regular, lo cual significa que si bien puede tener una afectación en su rendimiento, nuevas lluvias podrían detener su deterioro.
De esas 888.000 hectáreas, la mayor parte corresponden a soja, puntualizó Esteban Copati, jefe de Estimaciones Agrícolas de la institución.
La Bolsa porteña ya realizó recortes a la estimación de producción en ambos cultivos producto de la falta de lluvias y la ola de calor extrema que se dio en enero.
Así, ajustó a la baja la producción de maíz de 57 a 51 millones de toneladas, mientras que en soja fue de dos millones al pasar de 44 a 42 millones de toneladas.
Respecto a la oleaginosa, Copati, en diálogo con Télam, detalló que «un 66% del área sembrada mantiene un escenario hídrico favorable como para alcanzar un rinde promedio histórico, pero, del del otro lado, tenemos un 34% que está en una situación de faltante de humedad».
De este 34% casi un 30% corresponde a una condición regular que «no compromete significativamente el potencial de rendimiento y que, en función de los pronósticos de los próximos días, podría mejorar en estos cuadros».
Así, el especialista especificó que «lo interesante es que si bien hay una superficie con una condición de sequía, es muy poca el área que está afectada por este escenario extremo. La mayor parte tiene chances no de compensar, pero sí de detener el deterioro».
Respecto al maíz, destacó que el 24% de las superficie implantada se encuentra en un estado entre regular y de sequía, siendo este último estado solo el 1% del total.
Según remarcó, las zonas más perjudicadas son el núcleo norte, sur y centro-este de Entre Ríos.
«En términos generales, esto quiere decir que este año podemos tener pérdidas de rendimiento y finalizar el ciclo con productividades por debajo de los promedios históricos en zonas importantes en estas regiones», expresó. No obstante este panorama, la proyección de 51 millones de toneladas se puede concretar, dijo.
Informe del Ministerio de Agricultura
Por otro lado, durante la semana se conoció un trabajo realizado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), entre otros organismos, en el cual se diseñó un «mapa de la sequía» y se realizaron estimaciones respecto al área afectada.
Según el trabajo, existen 1,9 millones de hectáreas de cultivos en riesgo, de los cuales 700.560 corresponden a soja de primera; 508.152 a soja de segunda; 694.851 a maíz; y 12.851 a girasol.
Por el lado de la ganadería, el informe subrayó que hay 14,7 millones de bovinos en peligro.
El informe detalló que «las condiciones de sequía empeoraron severamente durante enero, principalmente en el noreste del país», ya que «la combinación de inusual falta de lluvias y temperaturas récord género una situación extrema en provincias como Corrientes, Misiones, Norte de Entre Ríos y este de Chaco y Formosa».
De hecho, el trabajo conjunto asevera que la región del NEA vive en este momento una «sequía severa» con una «intensa afectación en cultivos, ganadería, actividad citrícola, horticultura, apicultura y pesca artesanal».
La situación en Corrientes
En esta región, la provincia más afectada, no solo por la sequía, sino también por los incendios, es Corrientes, donde según el último informe del INTA ya fueron consumidas por las llamas 785.000 hectáreas, a razón de 30.000 hectáreas por día, mientras que las pérdidas económicas, según cálculos preliminares de la Asociación de Sociedades Rurales de Corrientes (ASRC), alcanzarían los $ 27.000 millones.
Al respecto, el presidente de la ASCR, Pablo Sánchez, comentó a Télam que en estos días «la situación no ha cambiado, sino que se está agravando día a día. Es un desastre natural lo que estamos atravesando, es una catástrofe».
Según el dirigente rural, «la provincia va a necesitar ayudas extraordinarias de acuerdo a lo extraordinario de la situación» y al mismo tiempo agradeció la solidaridad de la sociedad, bomberos y brigadistas de otras provincias que ayudan a contener los focos de incendio en territorio correntino.
Respecto a los pronósticos para los próximos días, el director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA, Pablo Mercuri, proyectó que a partir del martes podrían darse lluvias variables en «distintas áreas del centro y norte del país, esperándose que las más abundantes en el NEA ocurran a partir del jueves 24».
Si bien sostuvo que «estas lluvias servirían para paliar la situación de fuego que afecta a Corrientes y Formosa», el fenómeno de la Niña seguirá vigente, por lo tanto también lo harán las lluvias por debajo de los promedios históricos.