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“El oso hormiguero está más amenazado de lo que parece”

Advertencia de una bióloga de la Fundación Rewilding.

Este asombroso animal de nuestra fauna silvestre se caracteriza por tener una cabeza alargada y una boca pequeña y sin dientes. Actualmente está en una situación comprometida por la degradación de su hábitat: desmontes y deforestación, quema de pastizales y cacería ilegal, como principales amenazas. En Chaco está declarado monumento natural. Las enseñanzas y reflexiones de Alicia Delgado.

El pintoresco oso hormiguero –uno de los mamíferos más peculiares de la Argentina-, suele ser el mejor ejemplo de cómo algunas ausencias produjeron grandes desequilibrios en el pasado en los Esteros del Iberá, por ejemplo.

Con la desaparición del “yurumí”, crecieron exponencialmente las poblaciones de hormigas y termitas, por ausencia del depredador natural. Esto significó una drástica reducción de los pastizales -alimento principal de los herbívoros-, y con ellos la ausencia o migración de ciervos de los pantanos, venado de las pampas, e incluso el ganado. Por eso ningún animal debe faltar en el ecosistema.

“La situación de vulnerabilidad de la especie parece ser mayor de lo que se piensa”, alerta la especialista Alicia Delgado, bióloga de profesión, nacida en Mercedes, Corrientes, egresada de la Universidad Nacional de Córdoba en 2005. Aunque hizo su tesis en comportamiento animal con monos aulladores en Corrientes, su experiencia laboral actual la llevó a trabajar con osos hormigueros en la Fundación Rewilding Argentina, como responsable de cuarentena y centro de rescate. Como mamá de dos niñas, espera dejar en ellas arraigada la huella de la conservación y el compromiso instalado en las nuevas generaciones, para el cuidado de la naturaleza y el ambiente.

Una especie muy interesante

El oso hormiguero puede llegar a medir hasta dos metros de longitud, incluyendo la extensión de su larga cola. Esta especie se encuentra en la región chaqueña del Norte argentino y en los bosques húmedos de la provincia de Misiones. Debido a que sólo tiene una cría por año, es un animal muy sensible a la persecución humana y a la pérdida de su hábitat natural. Todo esto ha contribuido a que se considere como una especie vulnerable en Argentina.

Suele ser solitario, excepto durante el período reproductivo. El oso hormiguero es un animal terrestre, aunque puede cruzar a nado distancias más o menos extensas. Activo tanto de día como de noche, es buen caminador capaz de recorrer largas distancias. Con muy buen olfato, pero de vista y oído escaso. Es un animal poco o nada agresivo; sin embargo, obligado a defenderse, se apoya en su cola formando un trípode con los miembros traseros y yergue el cuerpo levantando las patas delanteras para lanzar zarpazos con sus grandes y peligrosas garras de casi siete centímetros. En este estado defensivo se transforma en un animal realmente peligroso.

Puede reproducirse en cualquier época del año, dependiendo de la región. Tras una gestación de 190 días, da a luz una sola cría que la madre lleva sobre su lomo durante casi un año. El cachorro abre los ojos a los 6 días. Tiene una lactancia de 7 meses. En cautividad se conoce que alcanza su madurez sexual entre los 2,5 a 4 años. Intervalo de parto de 9 meses. En cautiverio su longevidad alcanza de 16 a 25 años.

El oso gigante Myrmecophaga tridactyla ha sido declarado Monumento Natural Provincial. En Chaco, Corrientes, Misiones y Formosa, las bajas tasas de reproducción de la especie junto con su especificidad dietaria y la degradación del hábitat, demostraron ser factores significativos en su declinación. Se estima una pérdida poblacional de, al menos, 30% en los últimos 10 años, basada en extinciones locales, desmontes y muerte causada por cacería ilegal, incendios forestales y atropellamientos en las rutas.

La situación actual

“Si bien no hay estudios recientes que reflejen el estado de conservación del oso hormiguero, la situación de vulnerabilidad de la especie parece ser mayor de lo que se piensa”, alertó la bióloga Alicia Delgado.

En este punto Alicia Delgado advirtió respecto a su experiencia que “si bien no hay estudios recientes que reflejen el estado de conservación del oso hormiguero, la situación de vulnerabilidad de la especie parece ser mayor de lo que se piensa”. “Muchas veces en partidas de caza, terminan matando al oso, porque se defiende cuando lo atacan los perros. La historia continúa cuando matan a una hembra con una cría, que muchas veces termina siendo mascotizada”, comentó.

“Quiero hacer una diferenciación: seguramente hay gente que tiene la mala costumbre de salir a cazar y matar porque sí; y otra que lo hace por necesidad, porque atraviesan una situación económica muy complicada. Pero por lejos, la mayor amenaza es la deforestación y la pérdida del hábitat. De un día para otro desmontan 3000 a 5000 mil hectáreas como si nada. Y es ahí donde la fauna sobreviviente comienza a buscar un lugar adonde ir”, explicó la bióloga.

Reintroducción en Corrientes

Desde el 2007, la Fundación Rewilding Argentina lleva adelante acciones para devolver la presencia de este espectacular mamífero dentro de la región de los Esteros de Iberá y áreas limítrofes. Desde entonces se han rescatado más de 100 osos hormigueros huérfanos de distintas provincias del norte argentino. La primera población establecida en la Reserva Rincón del Socorro a partir de la liberación de 32 ejemplares, cuenta hoy con más de 100 osos viviendo en libertad, incluyendo hijos y nietos de los primeros osos reintroducidos.

En 2013, se fundó una segunda población en la reserva San Alonso, con la liberación de 23 ejemplares y con el nacimiento registrado de 18 crías. En 2018 se comenzó a fundar una tercera población en Iberá, en la reserva Carambola, con tres ejemplares liberados, a los que se les sumarán más animales para reforzar esta población incipiente. En noviembre se comenzó con el establecimiento de un cuarto núcleo poblacional en San Nicolás, con la liberación del primer ejemplar. Como resultado, se estima que más de 150 osos hormigueros, distribuidos en cuatro núcleos, viven actualmente en el Iberá.

Emblema del Parque Nacional El Impenetrable

El Parque Nacional El Impenetrable conserva especies emblemáticas de la región chaqueña como el tapir, el pecarí y el tatú carreta, e incluso el yaguareté. Sin embargo, el oso hormiguero es tan representativo de la región, que la Administración de Parques Nacionales adoptó su figura como logotipo del Parque.

El área protegida completa su biodiversidad con una importante variedad de aves como el águila coronada, una de las rapaces más grandes de la Argentina; el matico, un pájaro de bello plumaje anaranjado y negro, y el loro hablador. Entre los reptiles, se destaca la presencia del yacaré overo o ñato, de la serpiente ñacaniná y el lagarto overo y colorado.

La gran diversidad de especies animales, singulares y exóticas, ofrece un espectáculo incomparable a la curiosa mirada del visitante del Impenetrable. Que pronto estará en condiciones de interactuar con el residente local y de acceder a la prestación de servicios turísticos de calidad, que se están preparando con incipiente infraestructura en el lugar.

Estas posibilidades de intercambio abren un flujo de oportunidades para el desarrollo de la economía local de forma sustentable y armoniosa con el ambiente. En esta perspectiva, el eco turismo se erige como la gran oportunidad y la biodiversidad del Parque como la gema más preciada, de un paraíso secreto que tiene todo por descubrir.

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