Tiene 100 años, se vacunó contra el coronavirus
y sugiere a todos que se inmunicen. Juan Antonio Hernández es uno de los más de 200 bonaerenses de más de 100 años que decidieron registrarse en Vacunate PBA. «Fui muy contento a vacunarme. Tomé la decisión de hacerlo en conjunto con mis hijos y mi médico de cabecera», contó en una entrevista con Télam.
Juan Antonio Hernández, un hombre de 100 años que se aplicó el jueves la vacuna contra el coronavirus en la localidad bonaerense de Marcos Paz, ahora les sugiere a todos que se inmunicen para estar protegidos contra la enfermedad.
Este extrabajador ferroviario que en junio del año pasado recibió los saludos de sus familiares por su centenario a través de la ventana de su habitación en plena pandemia, se acercó el jueves a la posta de vacunación dispuesta en la Escuela N° 4, ubicada en la calle Corrientes y ruta 40 de Marcos Paz, para darse la primera dosis de la vacuna Sputnik V.
«Fui muy contento a vacunarme. Tomé la decisión de hacerlo en conjunto con mis hijos y mi médico de cabecera», contó Juan a Télam. Dijo que se sintió bien «en todo momento» y detalló que, tras recibir la dosis, lo controlaron durante media hora y lo autorizaron a retirarse.
Juan es uno de los más de 200 bonaerenses mayores de 100 años que decidieron registrarse enla web del gobiern obonaerensepara manifestar la voluntad de recibir la inmunización contra la Covid-19.
«Fue muy dispuesto y contento porque sabía que iba a estar el intendente esperándolo, ya que lo conoce hace tiempo y le tiene un gran cariño», dijo Andrea, una de sus nietas, en diálogo con esta agencia.
Hijo menor de un matrimonio de españoles que arribó en barco a la Argentina escapando de la Segunda Guerra Mundial, Juan nació el 2 de junio de 1920 y pasó su infancia en el municipio de 9 de Julio, donde ayudaba a su padre en el tambo con el reparto de leche, para luego ir a la escuela, a la que dejó de asistir al cumplir los 12 para dedicarse al cuidado de los animales en el campo.
«En mi juventud me gustaba jugar al fútbol. Mi mamá me retaba porque por jugar a la pelota, se me perdían los chanchos», recordó entre risas, y señaló que es un ferviente seguidor de Boca Juniors.
«Todo salió perfecto. No levanté fiebre, ni tuve molestias u otros síntomas», aseguró Juan.
Fanático del chinchón, del tango y de los bailes -a los que llegaba en sulky-, rememoró que trabajó primero como peón y que luego se mudó a Marcos Paz, en donde se desempeñó 30 años como ferroviario, hasta que se jubiló a sus 55 «ya como capataz».
Juan explicó se casó a los 24 años. Su esposa, Teresa Josefa, tenías apenas 15, y falleció a los 50. Desde entonces siempre vivió solo y se manejó de forma independiente porque posee una salud «de hierro».
«El año pasado, pasé la pandemia en mi casa. Mi hijo -que enviudó en octubre- se vino a vivir conmigo para ayudarme y ocuparse de salir a hacer los mandados», afirmó.
Durante los meses de aislamiento, sus otros dos hijos, sus seis nietos, sus 12 bisnietos y dos tataranietos se comunicaban con él mediante mensajes que le enviaban a través del celular de su hijo.
«Para su cumpleaños numero 100, fuimos los nietos a saludarlo a través de la ventana de la habitación. Le llevamos una torta, regalos y celebramos de esa manera para no exponerlo a contagios», manifestó Andrea.
«Ahora que estoy vacunado, me van a poder venir a visitar mis nietos. Le recomiendo a todo el mundo que se anote»
La vacunación de Juan, uno de los primeros adultos mayores en inocularse, fue destacada por el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien agradeció al vecino por «ser un ejemplo en Marcos Paz y poner, a tus 100 años, el hombro para recibir la vacuna».
En ese tono, el intendente Ricardo Curuchet señaló que «Don Juan Hernández, un vecino de Marcos Paz de 100 años que llegó de muy joven para trabajar en las obras del ferrocarril Belgrano, se radicó aquí y formó su familia; fue nuestro primer vecino mayor de 70 en recibir la vacuna».
«Fue todo un honor acompañarlo y nos da fuerza y esperanza para adelante», expresó el jefe comunal y detalló que la enfermera que le aplicó la dosis a Juan «tenía muy buena mano, porque no le molestó nada».
Cuando Juan les manifestó a sus hijos y nietos su deseo de ser vacunado contra el coronavirus, su familia gestionó la inscripción a través de Laura Romero, una empleada de la secretaría de Salud del municipio.
«Mi nieta Andrea me anotó con ella y todo salió perfecto. No levanté fiebre, ni tuve molestias u otros síntomas», subrayó el hombre, quien añadió que a pesar de todas sus vivencias, nunca experimentó «algo como esto de tener que estar encerrado».
«Ahora que estoy vacunado, me van a poder venir a visitar mis nietos. Le recomiendo a todo el mundo que se anote», concluyó con júbilo.