Racing no puede con el karma de la Copa Argentina
Una vez más, Racing volvió a quedarse rápidamente eliminado de la Copa Argentina. Esta vez, el culpable fue Boca Unidos de Corrientes, del Torneo Federal A, que se impuso en los penales por 4-3 tras igualar sin goles en los 90 minutos y dejó al vigente campeón de la Superliga afuera en los 32avos del certamen federal, donde se medirá en octavos con Atlético Tucumán.
La relación entre Racing y la copa nacional se podría definir como mala. Es más, si la reciente bonanza deportiva (títulos en 2014 y 2019) y económica (ventas de Lautaro Martínez, Marcos Acuña, Luciano Vietto y Rodrigo De Paul, entre otros) colaboró al clima de «positivismo» en Avellaneda; las últimas frustraciones en la Copa Argentina parecerían comprobar que toda la negatividad fue a parar hacia este torneo.
Desde que llegó a la final en la primera reedición del certamen en 2012 (se había disputado por única vez en 1969), donde cayó 1-2 ante Boca, Racing ha sumado numerosas decepciones ante rivales de categorías menores. La maldición copera contempla eliminaciones en 32avos de final (2018 con Sarmiento de Chaco y ésta de 2019), en 16avos (2013 con Tristán Suárez y 2017 con Olimpo de Bahía Blanca), y en octavos (2014 con Argentinos y 2016 con Gimnasia de La Plata). Además, en 2015 cayó en semifinales (vs. Rosario Central).
«Este es otro fracaso en la Copa Argentina. Esperábamos llegar mucho más lejos, pero no hicimos un mal partido, lo buscamos. En los penales, ellos patearon mejor que nosotros», consideró Lisandro López tras el encuentro y no estuvo falto de razón. En la definición final, los correntinos realizaron seis disparos, con cuatro goles y dos atajados por Gabriel Arias. Es decir, todos al arco. Por el contrario, el quinto y sexto disparo de Racing (Darío Cvitanich y Marcelo Díaz) se fueron muy por arriba del travesaño del paraguayo José Aquino, una de las figuras del encuentro.
«Me guié un poco por la intuición aunque algo había estudiado de los que podían patear de Racing», reconoció Aquino, quien le detuvo un penal a David Barbona en la tanda. «Fue un batacazo, sin dudas, porque nadie lo esperaba», finalizó el uno, quien vio cómo durante los noventa minutos 13 de los 15 disparos de los jugadores de la Academia se iban desviados y cómo su Boca Unidos escribía la gran historia de esta edición de la Copa Argentina.