Argentina, afuera del Mundial Sub 20
A veces, el fútbol no tiene tanto misterio como se dice. Son pocas las ocasiones, pero el duelo entre Argentina y Mali fue una de ellas. La única sorpresa sería el resultado, al menos desde un punto de vista histórico. Los africanos vencieron a los dirigidos por Fernando «Bocha» Batista en los penales (5-4) tras empatar 2-2 en tiempo regular y prórroga y sacaron a la máxima campeona Sub 20 de la lucha por el título en el Mundial de Polonia.
La propuesta maliense era clara. Clarísima. Un arquero (arquerazo), cinco en el fondo, tres en el medio, un mediapunta liberado (incontrolabe) y un nueve de choque. La única incertidumbre era cómo iba a jugar el equipo de Batista o, mejor dicho, cómo iba a vulnerar el abroquelamiento rival. Y ese, fue un caso que no se resolvió durante los 120 minutos que duró el encuentro disputado en la ciudad de Bielsko-Biala.
Una y otra vez Argentina se metió en el área de Mali, a puro potrero, con enganches y quiebres de cintura por doquier, aunque nunca suficientes para dejar atrás las infinitas camisetas amarillas. Una y otra vez los remates de Ezequiel Barco (Atlanta United), Aníbal Moreno (Newell’s) o Julián Alvarez (River) no llegaban hasta el gigante de 1,72 metro, Youssof Koita (Girona, de España), ya que rebotaban en alguno de los defensores.
Mientras tanto, en ataque, el otro Koita, el zurdo Sekou (Wolfsberger, de Austria), solitario y todo, era un problema irresoluble: tiro libre en el travesaño tras una falta generada por él, cabezazo sorpresivo en el área que se fue por poco arriba del caño y regates que desairaban a todos, incluido al gran capitán Nehuén Pérez (Atlético de Madrid, de España).
Sin ideas (efectivas, al menos) por parte de Argentina, la solución vino desde la propia Mali. A los 49 minutos, el sinfín de defensores en el área derivó en una serie de rebotes que, entre tanta pierna, le quedó a Adolfo Gaich (San Lorenzo) para poner el 1-0. Pero, con la ventaja, los dirigidos por Batista se retrasaron exageradamente y lo pagaron muy caro. La fórmula de gol de los africanos tampoco tendría misterio: corner y cabezazo sin marca de Abdoulaye Diaby (Antwerpen, de Bélgica), tan sólo 1,95 metro de altura.
De allí en más, el drama. Todas las chances argentinas pasaban por Gaich, quien siempre quedaba a unos centímetros de anotar; mientras que del otro lado, Manuel Roffo (Boca) le ahogaba algún que otro golazo a Sekou. Finalmente, apenas iniciada la prórroga, Francisco Ortega (Vélez) recibió por izquierda y habilitó a Barco, quien entre un tres dedos y un puntín remató de primera, encontró un desvió y marcó el 2-1.
Argentina madrugaba a Mali, pero más lo madrugaría Mali a Argentina cuando en tiempo de descuento, a los 121, Sekou sacó un tiro libre rápido, encontró a todos dormidos, excepto a Aboubacar Konté (Sarpsborg, de Noruega), que puso el empate y, al mismo tiempo, un golpe que en los penales se convertiría en nocaut.