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Una obra social deberá indemnizar a una afiliada por el tiempo perdido en trámites

En un fallo poco común, la Cámara Federal de Rosario reconoció las “horas de vida” que perdió una de sus afiliadas haciendo trámites para que su hija, una paciente con discapacidad, pudiera acceder a su tratamiento. La Cámara convalidó un fallo de primera instancia y ordenó a la Obra Social de Docentes Particulares (OSDOP) indemnizar a la madre con 100.000 pesos por haber dilatado de forma “innecesaria” la cobertura médica y por haberla expuesto a ella a un “daño moral”.

El fallo de los jueces Aníbal Pineda y Fernando Lorenzo Barbará responsabiliza a la aseguradora de retardar «injustificadamente la efectivización de las prestaciones e incluso negándolas sin motivo alguno” a pesar de que un fallo anterior había ordenado que lo hiciera, por lo que también advirtió que la obra social “tuvo una conducta reticente y dilatoria” en incumplimiento de la sentencia previa.

Durante dos años, la mujer tuvo que encontrar maneras alternativas de costear la atención médica que su hija necesitaba. Al mismo tiempo, debió abonar también numerosas cartas de documento enviadas a la obra social. De acuerdo a los testigos, la odisea de la mujer llegó al extremo de que compañeros de trabajo de la mujer juntaron dinero para ayudarla, y que también solicitó asistencia a la municipalidad de Pérez, distrito en el que vive.

A pesar de que había logrado que la Justicia fallara a favor de su reclamo, la obra social siguió empecinada en no cumplir con sus obligaciones, por lo que la mujer tuvo que recurrir a una instancia superior. Al comprobar la inacción de la obra social, los jueces concluyeron que la mujer “no encontró una respuesta satisfactoria en la atención recibida”, sino que por el contrario, “la situación por ella vivida durante muchos años, la pérdida de horas de su vida en las tramitaciones que se vio obligada a realizar, le han significado un padecimiento espiritual digno de ser indemnizado a título de daño moral”.

Los letrados tuvieron en cuenta testimonios de los médicos que atendieron a la niña, quienes contaron que su madre había tenido “muchos inconvenientes al momento de que le reconocieran algunas prestaciones». Además, había tenido muchas dificultades “para que le autorizaran la medicación en tiempo y forma”, de acuerdo a una acompañante terapéutica que atendió a la niña entre 2011 y 2014. En coincidencia, una psiquiatra que también declaró en la causa subrayó que “la madre de la menor tenía muchos inconvenientes al momento de que le reconocieran algunas prestaciones».

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