DÍA DE LA HEPATITIS: SALUD RECOMIENDA LA VACUNACIÓN PARA PREVENIR LA ENFERMEDAD

La vacunación que protege contra la hepatitis A y B es gratuita y es para todos y está disponible en todos los centros asistenciales de la Provincia.

Como parte de la concientización por el Día Mundial de la Hepatitis –sábado 28 de julio- el Ministerio de Salud Pública llevó adelante una jornada con actividades de vacunación y testeo voluntario en espacios públicos, con el objetivo de acompañar y fortalecer el abordaje integral contra la enfermedad. Asimismo, la cartera sanitaria aclara mitos y creencias erróneas sobre las hepatitis virales.

Durante el viernes y sábado, los equipos del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) de la Dirección de Epidemiología estuvieron presentes en la Plaza 25 de Mayo y en el Parque de la Democracia para acercar y garantizar la vacunación contra la enfermedad a todos los interesados. Sólo en la jornada del viernes se aplicaron 126 dosis contra la hepatitis B y otras 105 vacunas más (antigripal y prevenar).

La vacunación que previene contra la hepatitis A y B es gratuita y es para todos y está disponible en todos los centros asistenciales de la Provincia.Se recomienda la vacuna para especialmente para todos los niños, algunos viajeros internacionales y las personas con determinados factores de riesgo o condiciones médicas.

En los adultos el esquema de vacunación es de dos dosis; la segunda dosis se administra de 6 a 12 meses después de la primera. Todos los niños deben recibir la vacuna y haber cumplido al menos 12 meses de edad para vacunarse.

Otros métodos de prevención son manteniendo prácticas de higiene como el lavado de manos con agua, jabón y cepillo para uñas para la manipulación de alimentos, y eliminación de las excretas y la utilización de lavandina para lavar todos los objetos que pudieran estar en contacto con materia fecal; no compartir agujas, jeringas o elementos cortopunzantes con otras personas, exigir el uso de materiales descartables o esterilizados al hacerse tatuajes, piercings, implantes o procedimientos invasivos, y usar preservativo desde el comienzo de las relaciones sexuales.

 

Mitos

Ante la creencia de que “sabes si hepatitis porque te ponés amarillo y orinás oscuro”, los especialistas afirman que esto no es así en todos los casos. Muchas personas que tienen el virus no presentan síntomas. El método más efectivo de saber si la persona está enferma es con un análisis de sangre.

“Las hepatitis virales se dividen en benignas o graves”. Esto no es cierto, en su etapa aguda todas las hepatitis virales pueden producir cuadros graves, aunque no es lo más frecuente.

“La vacuna protege contra todas las hepatitis”. Esta es una creencia falsa, puesto que solo existen vacunas para las hepatitis A y B -incluidas en el Calendario Nacional de Vacunación- y no protegen contra las hepatitis C, D y E.

“Si ya tuviste hepatitis no vas a volver a tenerla”. Este es un mito que esta errado, ya que existen distintos tipos de virus causantes de las hepatitis. La ocasionada por un virus específico no otorga inmunidad para el resto.

“Solo el consumo excesivo de alcohol produce cirrosis hepática”. Cabe aclarar que esta no es la única causa, la cirrosis puede ser ocasionada también por medicamentos y diversas enfermedades del hígado (entre ellas las hepatitis virales).

 

Síntomas de las hepatitis

Algunas personas con hepatitis B aguda tienen síntomas semejantes a la gripe o pueden tener ictericia; también puede expresarse en cansancio, fatiga, náuseas o vómitos, orina de color oscuro, fiebre y escalofríos. A veces puede aparecer dolor del lado derecho del abdomen superior que puede expandirse a la espalda.

En el caso de la hepatitis B crónica, muchas personas no presentan signos de alerta y no saben que están infectadas. Los síntomas pueden tardar hasta 30 años en aparecer y el daño al hígado puede ocurrir de manera silenciosa durante este tiempo. Cuando la sintomatología aparece, son similares a la infección aguda y pueden ser un signo de enfermedad avanzada del hígado. Además, con los años, algunas personas con hepatitis B crónica pueden desarrollar cirrosis y/o cáncer de hígado. Otras deben recurrir a un trasplante hepático para poder vivir.

En los niños menores de 7 años, la hepatitis A no provoca síntomas en un 70 a 80% de los casos, y entre los adultos el 25%. Estos signos de alerta pueden ser: fiebre, malestar general, anorexia (falta de apetito), náuseas, dolor abdominal, ictericia (color amarillo de la piel y mucosas) y hepatomegalia (hígado agrandado). En general los síntomas desaparecen espontáneamente en 2 a 3 semanas.

La mayoría de las personas infectadas por hepatitis C no tienen ningún síntoma o solo los tienen en forma leve. Los síntomas de la hepatitis C crónica también pueden tardar hasta 30 años en manifestarse y el daño al hígado puede ocurrir de manera silenciosa. Los síntomas, tanto de la hepatitis C aguda como de la crónica, pueden incluir: cansancio, astenia (fatiga); náuseas o vómitos; fiebre y escalofríos; orina de color oscuro; materia fecal de color más claro; ojos y piel amarillos (ictericia); dolor del lado derecho del abdomen superior que puede irradiarse a la espalda; problemas de coagulación de la sangre; sangrado digestivo (vómitos de sangre o materia fecal negra); distensión abdominal con líquido dentro del abdomen (ascitis).

Publicaciones Similares