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Suspendieron las clases en la escuela Carlos Sourigues por encontrar roedores en las instalaciones

La escuela 15 Carlos Sourigues, de Aranguren y Fray Cayetano Rodríguez, en Flores, está infestada de ratas y sin clases. La dirección suspendió ayer las clases “hasta nuevo aviso” luego de que el martes una rata rasguñara a un auxiliar docente y ante la denuncia de una “invasión” de roedores desde el inicio del ciclo lectivo, informaron madres y padres de alumnos de la institución.

Alrededor de las 15, mientras se preparaba el abrazo con el que la comunidad protegería su escuela, una cuadrilla empezó a limpiar las veredas de la escuela. Las mamás presentes se asombraron: “Es la segunda vez en el día. Hoy a la mañana también vinieron. ¡No vienen nunca, pero ahora, con toda esta movida, vienen dos veces!”.

Los de la cuadrilla dijeron que a ellos los mandaron, que no sabían nada de los que habían ido a la mañana y explicaron: “A nosotros nos dieron hoy esta ruta para limpiar las veredas con agua y perfumina, para sacar la caca y el pis de los perros”. No sabían qué era la perfumina, que no olía como desinfectante sino como un limpiador doméstico.

“Las ratas están desde el inicio de las clases. La directora pidió las medidas sin ningún tipo de respuesta, en tanto los padres al enterarnos lo que sucedía hicimos una carta a la supervisión, una denuncia en la Defensoría del Pueblo y en la Comuna 7 pero tampoco tuvimos respuesta”, dijo Cecilia, madre de dos alumnos y miembro de la cooperadora. “La directora siguió todo el camino burocrático, ante todos los organismos, pero no le hacen caso. Sólo pusieron cebo dos veces, que no sirvió para nada”.

Y continuó: “El martes, cuando fue a sacar la manguera para limpiar la vereda una rata rasguñó a un auxiliar docente y en equipo de dirección se definió suspender las clases y la actividad hasta que se desratice por el peligro que esto reviste para nuestros hijos y todo el personal”. Indignada, contó: “Al auxiliar lo llevaron al Durand, donde lo vacunaron. Pero la directora no quiso hacerle el certificado, que necesitaba por la ART, porque fue un accidente de trabajo”.

Laura y Belén, ambas mamás de alumnos de la escuela, contaron: “Ayer (por el martes), cuando fuimos a la Legislatura para presentar el reclamo, además de grupos de otras escuelas con diferentes reclamos, les planteamos que el problema es de infraestructura. ¿Los privados que hacen torres no prevén el tema de las plagas?”

Asisten alrededor de doscientos alumnos a la primaria y aproximadamente 1300 a la escuela de educación no formal que funciona en el vespertino, 18 a 21. Susana, directora de la escuela de no formal, contó: “Hace cuatro semanas que luchamos contra los roedores. La dirección de primaria y nosotros hicimos todo el camino de los organismos oficiales. Pero estamos metidos en la burocracia y nadie da soluciones. Yo vi ratas, no ratones, caminando por la dirección”.

Muchos vecinos, de a pie y motorizados, manifestaban su apoyo a la escuela con gritos de aliento y bocinazos, mientras un grupo de alumnos de la primaria saltaba y cantaba “sacá las ratas y apoyá la educación”.

Una de las mamás tomó un micrófono: “Estoy asombrada por tener que llegar a esto, a salir a la calle, para que saquen las ratas de una escuela donde hay chicos de entre 5 y 13 años y un montón de adultos. De que laven dos veces las veredas porque vinieron los medios por nuestra protesta. Cuando fui al Ministerio (de Educación porteño) me encontré con mucha gente que me decía ‘te entiendo’ y tomaba nota. ¡No quiero que me entiendan! Quiero que saquen las ratas. Tanta amabilidad y tanto diálogo de mentira generan más violencia. Me atendieron muchos jefes y jefes de jefes (ningún empleado) y ninguno hizo nada”.

Papás y docentes destacaban que la escuela tiene 101 años, que la “eligen para sus hijos”, que hay familias en las que tres generaciones fueron a “la Sourigues” y que, como dijo la nena que fue la última en hablar con el micrófono, “no nos merecemos las ratas”.

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