El líder venezolano asumió un segundo mandato en medio de cuestionamientos de EE.UU., la OEA y la UE
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, juró ayer para su segundo mandato como jefe de Estado en medio del rechazo de Estados Unidos, la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Grupo de Lima. En su discurso de investidura, el flamante mandatario respondió a quienes intentan deslegitimarlo: “Venezuela es el centro de una guerra mundial del imperialismo norteamericano y sus gobiernos satélites que han pretendido convertir una toma de posesión pacífica y legal en una guerra mundial contra nuestro país”.
El continuador del legado del ex presidente Hugo Chávez estuvo acompañado por el presidente de Bolivia, Evo Morales, su par nicaragüense, Daniel Ortega, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y los mandatarios de El Salvador y de Osetia del Sur. A la investidura también asistieron una veintena representantes internacionales, entre ellos, la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT) Gleisi Hoffmann y el vicepresidente de Turquía, Fuat Oktay. En tanto, Uruguay y México designaron a sus encargados de negocios en Caracas como representantes oficiales para el acto.
“Juro en nombre del pueblo de Venezuela que cumpliré y haré cumplir todos los postulados y mandatos de la Constitución para procurar defender la independencia absoluta de la patria, llevar a la prosperidad económica a nuestro pueblo y construir el socialismo del siglo XXI”, dijo Maduro, luego de recibir la banda presidencial del jefe del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Maikel Moreno. La ceremonia fue en el Tribunal y no en la Asamblea Nacional, como indica la Constitución porque, según afirmó Moreno, la Asamblea está en desacato por lo que todos sus actos, agregó, carecen de validez y eficiencia jurídica.
En la primera manifestación concreta del malestar regional ante la nueva toma de poder de Maduro, Paraguay rompió relaciones con el país centroamericano y, en sesión extraordinaria, la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó una resolución que declara ilegítimo a Maduro (ver página 20), en línea con la reciente declaración del Grupo de Lima.
En su extenso discurso y ante referentes internacionales, el sucesor de Chávez lazó duras palabras contra quienes lo acusan de dirigir un régimen dictatorial. Al Grupo de Lima lo llamó “el cártel que trafica con el derecho internacional” y a Estados Unidos, por su parte, le respondió: “yo no me formé en la Escuela de las Américas ni en el Comando sur, yo me forjé en las escuelas de Caracas, en la clase obrera con los conductores del metro de Caracas, de ahí vengo yo. No soy un magnate ni he estudiado en Harvard”, arremetió y luego fue aplaudido por la sala en donde también estuvieron presentes el vicepresidente del Consejo de la Federación de la Asamblea Federal de Rusia, Ilyas Umakhanov; el viceprimer ministro de Bielorrusia, Igor Liashenko; y el ministro de Agricultura y Asuntos Rurales de China, Han Changfu. Luego de unos segundos de aplausos el flamante mandatario prosiguió: “Como locos andan los gobiernos satélites inventando y presionando. Yo le digo a nuestro pueblo: allá ellos con su nerviosismo y desesperación y acá nosotros con nuestro amor y nuestro espíritu revolucionario y socialista”.
La Asamblea Nacional, de mayoría opositora, calificó la investidura de Maduro como una usurpación del poder y aseguró que su proclamación es ilegítima porque deriva de las elecciones presidenciales del 20 de mayo que, según denuncian, no tuvieron las condiciones mínimas de comicios libres y transparentes. Desde una posición opuesta, la senadora Hoffmann señaló que el PT reconoce el voto popular por el que Maduro fue electo. “Mi intención es llevar el apoyo del PT al pueblo venezolano”, afirmó la presidenta petista. Mientras el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva estuvo en el poder (2003-2010), mantuvo un firme apoyo al gobierno de Chávez y, una vez que el líder venezolano falleció, ese respaldo personal y del propio PT fue trasladado a Maduro. Según la senadora, su presencia en la investidura también fue para denunciar la posición agresiva del gobierno de Jair Bolsonaro contra Venezuela. “Es contraria a la tradición diplomática del país”, denunció. Y agregó que las políticas intervencionistas y golpistas están incentivadas por Estados Unidos y cuentan con la adhesión del gobierno brasileño.
El vicepresidente de Turquía, por su parte, aterrizó en Caracas la noche anterior a la ceremonia y al ser recibido por las autoridades venezolanas expresó su satisfacción con el progreso de las relaciones bilaterales. Luego recordó que el viaje del presidente turco, el islamista conservador Recep Tayyip Erdogan, a Venezuela en diciembre pasado llevó a un nuevo nivel las relaciones, ya estrechadas durante varias recientes visitas de Maduro a Turquía. “Extiendo los saludos de nuestro presidente al pueblo venezolano. Durante la ceremonia de investidura de Maduro tendremos oportunidad de pasar una vez más revista a las relaciones entre Turquía y Venezuela”, dijo Oktay. Poco después de llegar, el político turco se reunió en su hotel con el presidente de Bolivia a quien invitó a Turquía. Para el final de la reunión ambos acordaron que Bolivia abrirá una embajada en Ankara en el primer semestre del año en curso. Evo Morales, fiel a su estilo antiimperialista, denunció ayer que la OEA atenta contra el pueblo venezolano y volvió a acusar a Estados Unidos de usar al organismo para forzar una intervención al país caribeño. “La OEA viola el principio de no injerencia de ese organismo y atenta contra la soberanía de un pueblo que votó por el presidente que votó por su presidente. La democracia es del pueblo, no del imperio”, arremetió.