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Quintana renunció a la Vicejefatura de Gabinete Una baja de la mesa chiquita de Macri

“No digas que partiré mañana porque todavía estoy llegando”, leyó Mario Quintana al despedirse de sus colaboradores en la Vicejefatura de Gabinete. El hombre que llegó al gabinete desde su expertise como dueño de Farmacity tuvo que dejar el cargo a pesar suyo. No aceptó seguir formando parte del equipo en un puesto menor. Visitó a Macri en su despacho y luego apeló al poema del monje budista Thich Nhat Hahn.

Quintana, como segundo de Marcos Peña, integró la delegación que hace tres semanas viajó a Wall Street a tratar de convencer a los operadores internacionales de que la economía se estaba encaminando de acuerdo a los requerimientos del FMI. No encontró buena acogida en el calor neoyorquino; a punto tal que será el propio Macri quien tendrá que viajar este mes. Por esos días trascendió que Quintana había vendido su participación mayoritaria en la empresa de distribución medicamentos y golosinas que lo tenía a mal traer por el conflicto de intereses.

Quintana y Gustavo Lopetegui fueron los dos integrantes del equipo de Peña que fueron desplazados y defendidos por Elisa Carrió en medio de la tensión del fin de semana.

“Soy una rana que nada feliz/en el agua clara de un estanque/y soy la culebra que se acerca/sigilosa para alimentarse de la rana/ Soy el niño de Uganda, todo piel y huesos,/con piernas delgadas como cañas de bambú,y soy el comerciante de armas que vende armas mortales a Uganda…” leyó Quintana. Quizás una confesión de su ductilidad pero que no le alcanzó para aceptar una degradación en el peor momento del Gobierno.

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