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Arrestan al expresidente de Brasil Jair Bolsonaro y lo envían a la cárcel

El exmandatario cumplía prisión domiciliaria en un lujoso condominio de Brasilia; fue condenado por intento de golpe de Estado.

El expresidente brasileño Jair Bolsonaro, desde agosto con prisión domiciliaria, fue arrestado por la policía este sábado de forma preventiva y enviado a prisión en el marco de la causa por la que fue condenado a 27 años de cárcel tras haber conspirado para impedir la asunción del actual mandatario, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, quien lo venció en los comicios de 2022. Se encuentra en la “sede de la policía federal en la capital”, a la espera del traslado.

“Fue preso pero no sé el motivo”, dijo el abogado Celso Vilardi. En tanto fuentes cercanas al caso explicaron que se trata de prisión preventiva ante posible riesgo de fuga y no de la ejecución de su condena. En tanto uno de sus asistentes, Andriely Cirino, confirmó que la detención se produjo alrededor de las seis de la mañana.

Por su parte la Policía Federal informó en un comunicado que “cumplió un pedido de prisión preventiva por decisión del Supremo Tribunal Federal”, aunque sin mencionar al expresidente.

Desde agosto, Bolsonaro, de 70 años, cumplía prisión domiciliaria preventiva en un lujoso condominio de Brasilia y está monitoreado electrónicamente. El expresidente, que gobernó Brasil entre 2019 y 2022, sigue siendo el líder de la derecha y la ultraderecha brasileñas.

En los últimos días, los medios locales aseguraron que el ex jefe de Estado, quien lideró el gobierno entre 2019 y 2022, iba a comenzar a cumplir su sentencia en algún momento de la próxima semana, después de haber agotado todas las apelaciones a su condena por liderar un intento de golpe de Estado.

Problemas de salud

A mediados de noviembre, la Corte Suprema desestimó por unanimidad un recurso presentado por la defensa de Bolsonaro en contra de la condena, que establece que el cumplimiento debe realizarse en un “régimen cerrado”, es decir, en una unidad penitenciaria.

Este viernes, los abogados solicitaron al tribunal que el exmandatario pueda cumplir su pena en su domicilio “por razones humanitarias”, debido al deterioro de su estado de salud. “La alteración de la prisión domiciliaria tendrá graves consecuencias y representa un riesgo de vida” para Bolsonaro, afirmaron en el escrito.

Y es que el expresidente arrastra secuelas permanentes de la puñalada que recibió en el abdomen en 2018, durante un acto de campaña. En la petición dirigida al magistrado, la defensa enumeró las numerosas intervenciones quirúrgicas a las que debió ser sometido desde aquel episodio, la más reciente en abril.

Como consecuencia de esas operaciones, Bolsonaro padece reflujo e “hipo incontrolable”, síntomas que, según el documento, le generan falta de aire y desmayos. También señalaron que fue diagnosticado recientemente con cáncer de piel, aunque las lesiones ya fueron extirpadas.

La defensa recordó un antecedente similar: el expresidente Fernando Collor de Mello (1990-1992), de 76 años, quien obtuvo en mayo pasado el beneficio de la prisión domiciliaria para cumplir una pena de ocho años por corrupción, también por problemas de salud.

Los abogados adelantaron que presentarán nuevos recursos para impugnar la sentencia que ordena la detención en prisión de Bolsonaro. El plazo para hacerlo vence el lunes.

Movilizaciones

Desde el jueves, el senador Flávio Bolsonaro, hijo del expresidente, convoca a los seguidores de su padre a salir a la calle para respaldarlo.

Para este fin de semana, se espera que grupos de simpatizantes —que aseguran que Bolsonaro es víctima de una persecución política— se concentren frente a la sede de la Policía Federal.

La causa judicial

En septiembre, Bolsonaro fue condenado por el Supremo Tribunal a 27 años y 3 meses de prisión por encabezar un plan destinado a desconocer el resultado electoral de 2022 y alterar el funcionamiento de las instituciones democráticas tras su derrota frente a Lula da Silva. Según la fiscalía, ese esquema incluía acciones coordinadas para matar a Lula, provocar desorden, y maniobras destinadas a facilitar un levantamiento a comienzos de 2023.

Los jueces consideraron que promovió la actuación de un grupo armado con fines políticos, algo que Bolsonaro rechaza.

Tras el fallo, el exmandatario quedó inhabilitado para ejercer cargos públicos, aunque mantiene un peso significativo dentro de la derecha brasileña. De hecho, encuestas recientes indican que, si no estuviera impedido, sería competitivo en una futura elección nacional.

El ex jefe de Estado mantiene una cercanía política con Donald Trump, quien calificó su proceso judicial como una “caza de brujas”. En julio, Bolsonaro fue mencionado en una orden del gobierno estadounidense que elevó en un 50% los aranceles a determinadas exportaciones brasileñas. Este viernes, Trump revocó la mayoría de esos incrementos, reduciendo la tensión comercial.

Agencias AP y AFP

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