Los subsidios asistidos en clave electoral: en septiembre subieron 9,8% más que la inflación
El presidente Javier Milei mantuvo en su discurso la política de reducción del gasto público pero la modificó parcialmente en los hechos en los días previos a las elecciones legislativas del 26 de octubre en uno de los flancos más sensibles de los consumidores, como lo son las tarifas de los servicios públicos y su contracara, los subsidios.
Después de siete meses consecutivos de caídas de dos dígitos, en la previa a las elecciones legislativas se quebró la tendencia bajista en los subsidios.
Eso se puede comprobar con la información de las transferencias que en ese concepto se derivaron a sectores económicos y empresas públicas, que en septiembre ascendieron a $846.600 millones, con un incremento interanual nominal del 44,7% que, al ser mayor que la inflación acumulada en los doce meses transcurridos, representó un alza del 9,8% en términos reales.
El aumento interanual señalado por la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), pone de manifiesto un significativo quiebre de la tendencia observada en los meses previos, en los que no solo no se registraron alzas sino que, por el contrario, hubo bajas acumuladas en el período enero-agosto del 50,1% interanual a valores constantes, con caídas extremas del 72,2% en abril.
Si se exceptúa la suba real del 23% en enero – mes que por tratarse del inicio del ejercicio fiscal de la Administración Nacional suele mostrar alzas por revisiones contractuales -, en todos los meses previos a la suba de septiembre se registraron caídas ostensibles: -67,7% en febrero; -34,3% en marzo; -72,2% en abril; -63,9% en mayo; -46,3% en junio; -24,8% en julio y -43,3% en agosto.
El otro lado de los aumentos tarifarios
El gasto en subsidios constituyó en la mayor parte de los últimos 23 años uno de los principales factores de incidencia en el déficit fiscal, por lo que el propósito de los recortes aplicados apunta no solo a equiparar los precios pagados por los servicios públicos con sus costos de explotación, sino principalmente a la necesidad de equilibrar las cuentas del Estado nacional, si se tiene en cuenta que en ese lapso representaron erogaciones por más de USD 300.000 millones, sumados los destinados a Energía, Transporte y empresas de otros sectores con menor participación.
Pero la contrapartida de los recortes en los subsidios es la de la suba en las tarifas, en especial en energía eléctrica, gas natural, agua corriente, colectivos y trenes.
Eso por eso que, aun en el caso de los gobiernos que alientan sus recortes, estos suelen atenuarse e incluso interrumpirse en momentos previos a las elecciones, como ya ocurrió en el tramo final de la Presidencia de Mauricio Macri, que decidió congelar las tarifas en abril de 2019.
Sin llegar a un congelamiento, la actual administración libertaria parece haber adoptado un criterio bastante parecido, si se tiene en cuenta la suspensión de todo ajuste en los impuestos a los combustibles en todo octubre y, en el caso de los subsidios, las subas en dos sectores sensibles, como son Energía y Transporte.
Bae Negocios