Oro chaqueño: la miel orgánica de nuestro Impenetrable que le ganó a la tala y se exporta como lujo
En nuestra provincia y en esta región, la floración abundante de especies nativas se da en una temporada extendida que llega a durar hasta ocho meses, lo que permite la proliferación de colonias de abejas silvestres y también de apicultores especializados. Esta combinación es la clave para la elaboración de una miel que es única en el mundo, codiciada por su origen en el monte virgen.
En una elaborada nota del diario La Nación se señala que en El Impenetrable, la apicultura familiar sentó las bases de un negocio sustentable y rentable muy valorado globalmente. La gran masa boscosa supo ser fuente de la principal tarea productiva, la tala. Sin embargo, desde 2011, crece una alternativa sustentable de la mano de un negocio que está en auge internacionalmente: la apicultura orgánica. La que le ganó a la tala, transformó a una comunidad y se exporta como lujo
Cada vez hay más familias que encuentran la solución en un monte cuidado, que da a las abejas lo que necesitan y que otorga a los productores la posibilidad de desarrollarse, ubicando a la Argentina en el tercer puesto como país exportador de miel orgánica en el mundo.
Para llegar al corazón de la apicultura orgánica hay que viajar en auto durante tres horas: desde Resistencia hasta la puerta de El Impenetrable chaqueño, en Juan José Castelli. Desde allí, ir hacia el pueblo Espinillo donde se encuentra el paraje rural Algarrobal, que es parte de las 140 mil hectáreas de la comunidad Meguexoxochi, del pueblo originario Qom.
Instalación de los apiarios
Pablo Chipulina, quien fue coordinador provincial del área apícola de Chaco, lleva más de 15 años dedicándose al arte de preservar a las abejas en la región y organizar la apicultura en el monte. Junto a su compañera de trabajo, Gladis Schab, y al apoyo del gobierno provincial, fueron responsables de articular y capacitar a comunidades que muchas veces habitan territorios inhóspitos, de escaso acceso y con servicios de luz, agua y gas que suelen ser limitados e intermitentes.
“La apicultura está en relación directa con el bosque nativo, creamos una cadena laboral sustentable – cuenta Pablo -. Por ejemplo, trabajamos con árboles originarios de Chaco, construimos los cajones de madera para formar los apiarios en diferentes terrenos que, por lo general, son prestados”.
El Algarrobal
Esteban Cabrera -pastor, apicultor e integrante de la comunidad qom- sale temprano cada mañana para atender a las abejas; la especie Apis mellifera adansonii -híbrida entre abejas africanas y europeas-, se adaptó sorprendente al clima extremo de Chaco
En el interfluvio de los ríos Teuco y Bermejito, a pocos kilómetros de El Espinillo noroeste chaqueño, está la propiedad comunitaria Meguexoxochi. Es tierra cedida por el gobierno provincial en 1999 a 30.000 habitantes. Tiene una gran cantidad de quebracho y algarrobo, y es una de las reservas forestales nativas más grandes de Chaco.
Allí, un grupo de apicultores de la comunidad qom Ipiaxaicqp cuenta cómo se organizaron para cuidar la reserva de la tala ilegal y así encontraron en la apicultura una especie de resistencia al desmonte, además de una oportunidad de crecimiento.
Clima
Dependiendo de las temperaturas y de la humedad, Chaco suele ser muy caluroso y seco, se pueden realizar entre dos y tres cosechas de miel al año. Sentados en ronda, bajo un quebrachal comentan que diez años atrás encontraron 30 colmenas abandonadas. Vieron en ese apiario una posibilidad laboral y económica.
Alejandro Pérez, toma la palabra y dice: “Nos reunimos y discutimos si estábamos dispuestos a trabajar con las abejas. Reflexionamos y llegamos a la conclusión que sí. Buscamos ayuda estatal y nos brindaron un técnico apicultor. Luego, elegimos para nuestras colmenas el nombre Piaipi”. Empezaron con 30 colmenas y, en 12 años, llegaron a tener 200.
Cuando las abejas cambian paradigmas
En 2011, la Provincia del Chaco apostó por la producción apícola regional, que generó un impacto socioeconómico positivo. Las comunidades – originarias y criollas – revalorizaron la importancia de un monte sano y, además, encontraron una oportunidad laboral que en muchas familias impulsó un crecimiento económico y social.
Apolineo Juárez (alias Puni) y Santa Palavesino tienen 11 hijos y viven en la aldea Pozo del Gato en el Departamento Güemes en lo profundo del Impenetrable. Para esta familia, el monte es el centro de sus vidas. En la apicultura encontró una fuente económica más beneficiosa que la tala de árboles. “Cuando empecé junto a mi hermano, teníamos apenas 11 colmenas. Fue un proceso lento, pero dio resultado porque ahora ya llegamos a las 150”, cuentan.
En familia. El matrimonio de Puni y Santa encontró en la apicultura una forma de sostenerse y hoy todos en su casa se dedican a esta actividad; Nicelia y Ángela, dos de las hijas, ya cuentan con una moto para hacer los traslados. Sin embargo, no todo es optimismo. “Podríamos producir más, pero las altas temperaturas matan a las abejas”, se lamentan. La fuerte sequía que se produjo durante 2023 marcó un importante retroceso.
Las abejas sufren por el calor extremo y sus panales se derriten. A pesar de que se implementan diversas estrategias para protegerlas, cómo acercar los apiarios al agua y ubicarlas en zonas con sombra, muchas veces no logran salvarlas.
Trabajo colaborativo
La Argentina se mantiene entre el tercer y cuarto puesto como país exportador de miel en el mundo, y lo característico de la apicultura chaqueña – sobre todo en la zona norte – es que los productores locales, en la actualidad alrededor de 250, se organizaron para que sus 15.000 colmenas tuvieran lo requerido para generar miel orgánica. Esto implica que se cumplan las normas internacionales del mercado orgánico, por ejemplo, que los apiarios se encuentren en monte nativo, lejos de zonas fumigadas.
El proceso de certificación comenzó durante 2017 con el objetivo de diferenciar las mieles de Chaco de otras del país. Lo que hizo que el mercado de El Impenetrable aumentara su potencial, colocando a la provincia como la mayor productora de miel orgánica.
En estos años los apicultores chaqueños generaron cooperativas mieleras y, junto al gobierno provincial, construyeron salas de extracción, compraron maquinarias y desarrollaron lógicas comerciales para exportar fuera del país, tomando la posta Argenmieles y Mieles del Chaco, del grupo Grúas San Blas, fundado a fines de 2010.
A nivel global, el negocio de la miel atraviesa un momento crítico. Aunque la demanda de alimentos saludables continúa en aumento, los precios que se pagan por la miel no permiten una producción sustentable. Esta situación generó que muchos mercados internacionales – con China a la cabeza – adulteren la miel con diversos jarabes que logran pasar los controles. En cambio, las mieles de nuestro país permanecen puras.
Cuidar, conservar y valorar esa pureza es el gran desafío.
La Nación