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El BCRA alcanza la primera meta de reservas

gracias a nueva deuda comercial (pero hay dudas a futuro).

Estiman que superó en unos u$s2.000 millones el objetivo trimestral. Fueron determinantes los pagos de importaciones pisados por u$s9.400 millones. Los factores que jugarán a favor y en contra en los próximos trimestres.

Concluidas todas las ruedas cambiarias del primer trimestre y tal como se esperaba, el equipo económico alcanzó la primera meta acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la de acumulación de reservas internacionales netas. Sin embargo, existe un factor insoslayable a la hora de ponderar ese resultado: el objetivo no se habría cumplido de no ser por el crecimiento de la deuda comercial que propició el Banco Central al implementar un esquema de acceso escalonado para el pago de importaciones. Si bien este año habrá una mejora en el ingreso de divisas del agro respecto de un 2023 marcado por la sequía, los analistas señalan que las próximas metas trimestrales lucen más desafiantes.

El acuerdo del Gobierno de Javier Milei con los técnicos del FMI, que reformuló las metas del programa de Facilidades Extendidas vigente, estableció que entre el 10 de diciembre de 2023 y el 31 de diciembre de 2024 el BCRA deberá acumular u$s10.000 millones en sus reservas netas y pautó objetivos parciales. Para el 31 de marzo, el target es recuperar u$s6.000 millones.

A partir de las compras de divisas realizadas en el mercado oficial de cambio, la entidad que preside Santiago Bausili había llegado con holgura al cierre del primer trimestre y se daba por descontado el cumplimiento de ese primer objetivo. De hecho, se habría alcanzado a pesar de que las reservas brutas cayeron en u$s889 millones en la semana corta con la que cerró marzo a raíz de distintos pagos de deuda externa.

Los analistas estiman que, en base a la metodología del Fondo para evaluar las tenencias netas, la meta trimestral se habría sobrecumplido en alrededor de u$s2.000 millones. Claro que ese monto incluye los derechos especiales de giro remanentes del último desembolso del FMI que se utilizarán para pagar el vencimiento de capital de abril con el propio organismo por cerca de u$s2.000 millones.

Acumulación de reservas y más deuda comercial

Ahora bien, nada de eso habría ocurrido si el equipo económico no hubiera decidido pisar con fuerza los pagos de importaciones durante el verano. Como contó Ámbito, según estimaciones privadas en base a datos oficiales del BCRA, esto generó un incremento del ya muy abultado stock de deuda comercial de alrededor de u$s9.400 millones entre diciembre y febrero.

El número surge de calcular la diferencia entre las compras al exterior canceladas a través del mercado oficial de cambio y las importaciones efectivamente realizadas en ese lapso. Ocurre que, a mediados de diciembre, el Central estableció un esquema de acceso escalonado al dólar oficial para el pago de nuevas importaciones, que para la mayoría de las mercancías implica cuatro cuotas mensuales del 25% del valor total. Así, en diciembre apenas se canceló el 17% de las compras al exterior efectuadas; en enero, el 24%; y en febrero, el 41%.

El gap entre pagos e importaciones concertadas se reduce mes a mes pero aún le permite al BCRA seguir comprando divisas. El porcentaje podría volver a crecer en marzo y se espera que para abril la brecha esté cerca de cerrarse, pero entretanto abrió una ventana de cuatro meses que fue determinante para el cumplimiento de la meta de reservas.

La consultora 1816 calculó que la nueva deuda comercial fue de u$s9.402 millones en los tres primeros meses de gobierno de Milei. Y consideró que esto significa dos cuestiones. Por un lado, “que la colocación de BOPREAL (u$s7.491 millones si tomamos cifras hasta febrero) no resolvió hasta aquí la deuda comercial heredada de Alberto Fernández, sino la deuda creada bajo el nuevo Gobierno (en términos micro sí hubo resolución de la deuda tomada en la era AF, porque quienes podían suscribir los BOPREAL eran los importadores “viejos”)”.

Por otro, implica “que las compras del BCRA en el MULC desde el cambio de mandato fueron compras de divisas apalancadas (apalancadas en deuda privada): el Central compró u$s8.500 millones entre el 10 de diciembre y fin de febrero, monto incluso menor que la deuda de importadores creada en el mismo período”. Es decir, sin pisar el pago de importaciones, el BCRA no habría comprado divisas.

Escenario desafiante

Con todo, una vez superada la primera meta trimestral, los analistas advierten que serán más desafiantes las próximas. Para fines de junio, la pauta comprometida con el Fondo implica acumular u$s9.200 millones respecto del nivel de reservas netas heredado. Para su cumplimiento, será determinante el nivel de liquidación de divisas del agro durante el pico de ingreso estacional de divisas por la cosecha gruesa. El gran interrogante en ese punto es cómo se resolverá la puja por el nivel del tipo de cambio exportador: el Gobierno insiste en que no habrá un pronto salto devaluatorio y el campo considera que la apreciación cambiaria acumulada ya se comió el terreno ganado con la megadevaluación de diciembre. Para fines del tercer trimestre, cuando pesa una estacionalidad más desfavorable para el flujo de divisas, el objetivo es de u$s7.600 millones.

La consultora LCG analizó los factores que incidirán a favor y en contra del cumplimiento del target de reservas en lo que resta del año. En cuanto a lo primero, sostuvo que “sin efecto de la sequía y con una mejora de la competitividad a partir del sinceramiento del tipo de cambio oficial es esperable una notable mejora del superávit cambiario de mercancías”, a lo que se suman inicialmente “los controles que todavía operan para pagos de importaciones” y “el ahorro de divisas por turismo”, que “también debería ser palpable”.

Pero esto no implica que el Gobierno enfrente una situación holgada: “Habrá que afrontar mayores pagos de intereses y capital de la deuda por la deuda reestructurada (u$s2.700 millones) y pagos netos con el FMI que implicarán u$s2.700 millones en lo que resta de 2024”. Así, LCG planteó que “lucen algo difíciles los próximos compromisos”, como el de acumulación de u$s7.600 millones para septiembre de 2024. “El sendero de apreciación del tipo de cambio podrá ralentizar la acumulación de reservas por menores incentivos a liquidar exportaciones, y a la vez que el acceso completo de importadores al MULC implicará un drenaje mayor por esta vía a medida que los pagos comiencen a regularizarse”, concluyó.

Fuente Ambito Financiero

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