En febrero será la cuarta revisión con el FMI
y analistas estiman que la Argentina cumplió con las metas.
Los desembolsos del FMI vienen calzados en el año para que la Argentina pueda afrontar los vencimientos del programa que esta gestión heredó de Mauricio Macri.
El gobierno argentino cumplió con las metas del último trimestre del año con el Fondo Monetario Internacional (FMI) según estimaciones de analistas consultados por Télam, gracias al dólar soja II, al ajuste de las cuentas fiscales y a la política de frenar el financiamiento directo del Banco Central al Tesoro, lo que le permitirá a este organismo multilateral gatillar en marzo el primer desembolso del año por US$ 5.000 millones.
La cuarta revisión del programa que el FMI mantiene con la Argentina se desarrollará en febrero a nivel técnico -aunque durante la segunda quincena de enero comenzará el intercambio informal de números-, y se espera que la revisión se apruebe recién en marzo.
Los desembolsos del FMI vienen calzados en el año para que la Argentina pueda afrontar los vencimientos del programa que esta gestión heredó de Mauricio Macri y que, según esa cuenta, el país debe abonar unos US$ 19.850 millones.
De esta forma, el Gobierno deberá pagar al FMI unos US$ 2.650 millones en enero y en tres pagos semanales, según el cronograma de vencimientos del programa.
Además, este lunes 9 de enero el país también deberá afrontar el pago de deuda en dólares a bonistas privados que ingresaron el canje de deuda 2020, por un total de alrededor de US$ 1.000 millones.
Es por ello que el año pasado debía terminar -según las metas acordadas con el FMI- con una acumulación neta en reservas de al menos US$ 5.000 millones, algo que la Argentina finalmente sobrecumplió y que, en base a las estimaciones privadas, «no requerirá de waiver» (perdón) para pasar el examen, aunque sí se admitió presión sobre la base monetaria y por ende la inflación, como resultado de las políticas aplicadas para cumplir las metas.
«Teniendo en cuenta nuestras estimaciones, las metas de financiamiento monetario al Tesoro, de déficit fiscal primario, de stock de deuda flotante y de acumulación de reservas internacionales, principales dentro del acuerdo, se habrían cumplido», dijo en diálogo con Télam Claudio Caprarulo, director de Analytica.
Es decir, «las primeras tres que refieren al ámbito fiscal encausaron su camino a lograrse a partir del ajuste realizado por el cambio de gestión y la mayor capacidad de rolleo de la deuda en pesos», dijo respecto de la asunción del ministro de Economía, Sergio Massa, desde agosto último.
En cuanto a la acumulación de reservas internacionales netas, «luego del ajuste de la meta de U$S 500 millones que se consideraron pertinentes por el mayor gasto en energía producto de la suba de precios internacionales, la meta se habría sobrecumplido por U$S 495 millones gracias a un fuerte freno sobre las importaciones de la mano de las licencias no automáticas, incentivos de precio a las exportaciones mediante el «dólar soja» y préstamos de libre disponibilidad por parte de organismos internacionales», explicó Caprarulo.
Para Emiliano Anselmi, economista jefe de la consultora PPI, gracias al dólar soja, que permitió al BCRA comprar US$ 7.344 millones, se alcanzó la meta de reservas.
«Estimamos que las reservas netas habrían cerrado el año en torno de US$ 7.650 millones, creciendo en US$ 5.320 millones respecto de fin de 2021. Dado el objetivo requerido, la meta se habría sobrecumplido en US$1.070 millones», consideró.
En cuanto a la meta fiscal, Anselmi expresó que el déficit primario del Sector Público No Financiero de diciembre, cuya cifra real se publicará alrededor del 20 de enero, «tiene un espacio de $ 563 mil millones (0,7% del PBI) para no desviarse del target anual del Fondo».
En este sentido, estimó que «la recaudación extra por retenciones derivada del ´dólar soja 2´ habría aportado 0,2% del PBI, y esto podría contribuir a alcanzar la meta de 2,5% del PBI para 2022 o que el desvío sea mínimo (0,2% del PBI)».
En cuanto a la meta monetaria, según Anselmi «se alcanzó la meta formal de asistencia monetaria del BCRA al Tesoro de 0,8% del PBI, ya que se enviaron Adelantos Transitorios por 0,6% del PBI».
No obstante, el economista jefe de PPI explicó que «el BCRA terminó asistiendo al Tesoro por otras vías indirectas, por lo que la meta resulta estéril» desde el punto de vista del control de la Base Monetaria.
En tanto, Ignacio Morales, analista de Negocios Financieros de Wise Capital, consideró que «hasta el momento, el Gobierno anunció que dos de las tres metas fueron cumplidas: emisión monetaria y acumulación de reservas. Resta conocer cuál fue el déficit fiscal de diciembre para saber si la meta se cumplió o no, pero lo más probable es que esté dentro del límite, ayudado por la recaudación extra por el dólar soja y el financiamiento neto que obtuvo en las licitaciones del Tesoro».
De esta forma, «con las tres metas cumplidas, el Gobierno se asegura el desembolso de marzo y seguramente el FMI va a conceder un waiver por la reapertura del dólar soja durante diciembre, al igual que lo hizo en la revisión anterior por la primera edición», expresó Morales.
Por último, Anselmi tiene sus reparos en la cuenta de déficit fiscal, al considerar que se llegó gracias a la política de dólar soja (que ayudó a la recaudación, además del ingreso de dólares) y gracias al «artilugio contable» empleado con la colocación de bonos en pesos realizada por el exministro Martín Guzmán en marzo en 2022, que según su cálculos sumó 0,3% del PBI .
Tanto Anselmi como Morales advirtieron que. si bien se cumplió la meta monetaria de asistencia al Tesoro, «la contracara de esto es una mayor emisión ($585.000 millones, según estimó), que el Banco Central termina esterilizando este dinero, con el aumento de los pasivos remunerados» ,opinó Morales.
Al respecto, indicó que «si bien en el corto plazo soluciona un problema (falta de dólares), los pasivos remunerados ya representan el doble de la Base Monetaria, y con las tasas en 100% anual, generan una bola de pesos con la que en algún momento tendrán que lidiar», concluyó el economista.