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Grandes avances en la producción de inoculantes argentinos

anticovid.

Daniel Filmus anunció que dos vacunas están por entrar en la fase de ensayo en humanos

El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, anunció este martes que la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación está financiando el desarrollo de cuatro vacunas argentinas contra el coronavirus, «dos de las cuales están entrando en la fase de ensayo clínico con humanos», indicó a FM La Patriada, y destacó que «si las pruebas tienen éxito, podremos tener vacunas nacionales hacia fines de 2022».

Filmus sostuvo que esperan un rápido avance de las fases 1, 2 y 3, «para poder tener dos de las cuatro vacunas aprobadas y en condiciones de ser utilizadas hacia fines de 2022 y las otras dos en 2023».

Uno de los proyectos es desarrollado por la Universidad de San Martín y otro por el Instituto Leloir, ambos con investigadores del Conicet y la UBA.

Tres de las cuatro vacunas están siendo desarrolladas mediante una articulación público-privada y la idea es que «la producción no sólo pueda abastecer el mercado nacional sino también exportar», indicó el ministro.

Actualmente, «Argentina está fabricando vacunas de diseño extranjero, tanto la AstraZeneca como la Sputnik V, pero son muy pocos los países que tienen tecnología para desarrollar sus propias vacunas», recordó Filmus y resaltó el «alto nivel tecnológico y profesional» que implica llevar a cabo los cuatro proyectos nacionales de ideación y producción de vacunas contra el coronavirus.

Además, señaló que «Argentina tiene un background muy importante en las ciencias biomédicas y muchos grupos de científicos acudieron al llamado del entonces ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza, y adaptaron el tema de su investigación a la necesidad que tenía el país de trabajar en el desarrollo de las vacunas».

Filmus destacó, asimismo, a los «científicos del Conicet que desarrollaron el kit de testeo», porque antes de eso era «muy difícil testearse», y «el barbijo con tecnología nanotextil, que muchos estamos usando».

En ese sentido, el ministro remarcó la importancia del apoyo del Estado en la educación y el desarrollo científico y recordó lo que dejó la gestión de Macri: «Cuando reasumimos en 2019 no había Ministerio de Salud ni Ministerio de Ciencia y Tecnología. Para que tengan una dimensión de la desinversión en el área, en 2015, Argentina había llegado al 0,37 por ciento del PBI de inversión, y en 2019 nos encontramos con el 0,22 por ciento.

«En Educación, como indica la ley, habíamos llegado al 6 por ciento de inversión, y nos encontramos con el 4,8 por ciento. Esa desinversión también afectó a la Ciudad de Buenos Aires. Cuando nosotros dejamos el gobierno, la inversión era el 27 por ciento del presupuesto, y ahora es el 17 por ciento. Creo que no hay ningún caso en el mundo en el que se haya bajado tanto el porcentaje en ese sector y eso pasó, justamente, porque de desatendió la educación pública», explicó.

«Si uno rastrea todas las vacunas que se desarrollaron en el mundo y todos los avances que ha habido va a ver que la inversión es estatal. Quien desarrolla la misión de generar la vacuna es el Estado. En una articulación público-privada, como estamos haciendo, el Estado puede poner los recursos para la investigación, pero el escalamiento de la producción de las millones de vacunas que se necesitan ya no está en manos estatales en la mayor parte de los casos, salvo Rusia o China», sostuvo.

Por ello, «es fundamental el apoyo presupuestario no sólo en los niveles primario y secundario, sino también universitario y científico», dijo el funcionario.

«Si algún chico o chica no está en la escuela, el Estado es responsable y es el que los tiene que ir a buscar. No estamos hablando de chicos que dejaron la escuela porque no les gustó, estamos hablando de chicos que abandonaron porque no tuvieron las condiciones para sostener la escolaridad durante la pandemia. Se cortó totalmente el programa Conectar Igualdad, que les permitía el acceso a una computadora. Muchísimos chicos, inclusive en la Ciudad de Buenos Aires, no accedieron a las redes para sostener las clases virtuales», aseveró Filmus, en alusión a los dichos de la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña.

«El Gobierno nacional todavía no dice cuántos chicos abandonaron durante la pandemia. Esos chicos seguramente estarán perdidos en una villa o ya cayeron en actividades del narcotráfico. Perdieron su propia fe respecto de las oportunidades de estudiar», había dicho Acuña días pasados, lo que desató todo tipo de críticas.

Para Filmus, «no hay ningún lugar en la Constitución que diga que si el chico es pobre, el Estado ya no tiene que atenderlo», por eso, «los dichos de Acuña fueron discriminatorios» y de una «gravedad sin precedentes».

Finalmente, sobre la vacunación dijo que «el Estado tiene que hacer un esfuerzo pedagógico enorme para promover la vacunación en los chicos y jóvenes, independientemente de lo que piensen sus padres» y que, por el momento, «el Gobierno ha definido que seguirá con las campañas de vacunación sin que sea obligatoria» pero sí «exigiendo el pase sanitario en donde haya peligro de contagio».

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