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Víctima del coronavirus, murió el historiador y referente qom Juan Chico

El investigador, docente, historiador y gran defensor de la causa indígena tenía 45 años.

El historiador, activista por los derechos indígenas, director de Tierras del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y referente qom Juan Chico, falleció este sábado a los 45 años en la provincia de Chaco como consecuencia del coronavirus, según comunicó este domingo la Fundación Napalpí de la que era presidente y socio fundador.

«Con profundo dolor comunicamos el fallecimiento de nuestro líder, defensor incansable de la causa indígena, quien fuera nuestro presidente y socio vitalicio», publicó la fundación Napalpí.

Rápidamente, las redes sociales se llenaron de mensajes de consternación por la temprana muerte de este referente y de condolencias a su familia, destacándose Secretaría de Derechos Humanos a cargo de Horacio Pietragalla Corti, que depende del Ministerio de Justicia al igual que el INAI donde Chico se desempeñaba.

«La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación despide con profunda tristeza a Juan Chico, Director de Tierras del INAI», publicó la cuenta del organismo.

«Juan Chico era historiador Qom, docente y un luchador incansable por los derechos humanos de los Pueblos Originarios. Escribió un libro de investigación imprescindible sobre la Masacre de Napalpí y gracias a su trabajo Chaco tiene instituido el Día Provincial del Veterano de Malvinas originario. Abrazamos a su familia, a sus compañeros y compañeras y al Pueblo Qom», prosigue.

Autor de los libros «Voces de Napalpí» y «Los qom de Chaco en la guerra de Malvinas», Chico era el principal impulsor -a través de su Fundación- de la investigación penal preparatoria por la Masacre de Napalpí (1924) que está llevando a cabo la Unidad Derechos Humanos de la Fiscalía Federal de Resistencia a cargo de Diego Vigay, de cara a la realización de un juicio de la verdad por estos hechos por los que en 2020 ya fue condenado civilmente el Estado argentino.
Se conoce como Masacre de Napalpí la matanza de más de 400 qom y mocoi en un paraje a 138 kilómetros al noreste de Resistencia, El Aguará, por parte de las fuerzas de seguridad durante la presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear

En 2008 el gobernador chaqueño Jorge Capitanich pidió perdón en nombre del estado provincial por la masacre y en 2020 erigió un memorial en reconocimiento a las víctimas además de constituirse como querellante en la investigación penal preliminar de oficio para la realización del juicio por la verdad.

El coordinador del Programa Nacional de Identificación y Restitución del INAI, Fernando Pepe, aseguró a Télam que Chico era «un faro de la memoria» de esta masacre pero también «de la lucha contra el genocidio indígena en toda la Argentina», ya que desde 2016 su fundación organiza el Seminario de Reflexión sobre el Genocidio Indígena que convoca cada año en Chaco a especialistas de todo el país.

Este antropólogo, que además preside el colectivo Guias (Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social), explicó que Juan era además «el primer director indígena de la Dirección de Tierras» que tiene a cargo nada menos que «el relevamiento territorial que protege a las comunidades de todos los desalojos» y «por lo tanto, la pérdida en este momento tan difícil de la pandemia, es inconmensurable», dijo.

«Desde lo personal hace diez años que lo conocemos a Juan, desde cuando llevamos la muestra ‘Prisioneros de la Ciencia a Chaco’ y restituimos a la comunidad qom los restos de nueve hombres que fueron fusilados por el ejército argentino en ‘La campaña del Desierto de Verde’ de Chaco entre 1881 y 1887, que estaban en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata», indicó.

Pepe llamó la atención sobre otras muertes recientes registradas en el mundo indígena por la pandemia del coronavirus y sobre los «conocimientos ancestrales» que se pierden junto con estas vidas.

Es el caso del difusor de la lengua y la cultura quechua Carmelo Sardinas; del lonco mapuche Lorenzo Pincén; de referente aymara de Quilmes Pablo Quival; del lonco rankulche, Nazareno Serraino; de Francisco Pérez de la comunidad wichí Lhaka Honhat; y del pilagá Lázaro Arce.

«Juan Chico era un gran humanista, sabía escuchar y sintetizar las distintas opiniones en una construcción superadora; fue construyendo desde el pie y así llegó al INAI, pero no tenía techo», concluyó Pepe.

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