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Coronavirus: en India hay 4 nuevos casos por segundo

y más de dos muertos por minuto.

Catástrofe humanitaria.

Las autoridades de la India reportaron 414.188 casos positivos en la última jornada, lo que supone el segundo día consecutivo con más de 400.000 infecciones y llevó el total a casi 21,5 millones.

India registró más de 410.000 casos de coronavirus, un récord global diario que continúa preocupando al mundo, mientras la Organización Mundial del Comercio (OMC) anticipó que el apoyo de Estados Unidos «impulsará las negociaciones» para la liberación temporal de las vacunas contra el virus.

India, con más de 1.350 millones de habitantes, reportó 414.188 nuevos casos, el registro diario más alto contabilizado por cualquier país en la historia de la pandemia, una cifra que ahora casi alcanza un total de 23 millones, y sumó además más de 3.900 muertes, para llegar a un total de 234.000.

Durante el último día, se han detectado cuatro nuevos casos por segundo y más de dos muertes cada minuto.

El país contabiliza el decimosexto día consecutivo con más de 300.000 casos, en el marco de un drástico repunte de contagios que hizo colapsar al sistema sanitario y el suministro de oxígeno medicinal, un elemento central en esta pandemia.

Asimismo, la cartera señaló que 3.915 personas murieron en las 24 horas previas al último reporte, la segunda cifra más alta hasta la fecha, lo que elevó a más de 234.000 el total de fallecidos.

En este contexto, los estados de Kerala y Rajashtán impusieron un confinamiento para intentar contener el avance del virus, que estará vigente entre el 8 y el 16 de mayo, en el primero, y entre el 10 y el 24 de mayo en el segundo; mientras que el premier, Narendra Modi, enfrenta una presión creciente para imponer un bloqueo estricto en todo el país pese a las dificultades económicas que ello acarrearía.

De momento Modi apostó por acelerar el ritmo de vacunación, después de que se iniciara la semana pasada la inoculación del fármaco contra el coronavirus a mayores de 18 años.

Panorama mundial
Una receta que ha funcionado en Reino Unido, donde más del 51% de la población recibió una dosis de la vacuna y más de un 24% ambas.

Pese a los temores por las nuevas variantes de Covid-19, el primer ministro británico, Boris Johnson, dijo que «no ve ninguna razón para retrasar» los pasos para salir del confinamiento implementado a mediados de diciembre para combatir la pandemia.

La hoja de ruta del Gobierno británico prevé para el 17 de mayo permitir que se reanuden los viajes al extranjero con fines no esenciales y se aliviarán además otras restricciones como la reapertura de los interiores en los restaurantes y pubs.

En ese sentido, Johson anticipó que se implementará un sistema de semáforos para los viajes al extranjero por vacaciones, en el que las personas que lleguen al Reino Unido de los países con más casos de coronavirus deberán hacer cuarentenas y cumplir con restricciones muy estrictas.

El Gobierno británico espera eliminar todos los límites de las restricciones de la cuarentena para el 21 de junio.

La flexibilización de restricciones también está siendo impulsada en Brasil, el segundo país con más muertos por el brote en el mundo, pese al incontrolable avance del coronavirus en partes de su territorio.

Río de Janeiro, justo donde se acaba de detectar otra mutación de la contagiosa cepa de Manaos, decidió suavizar las limitaciones que regirán hasta el 20 de mayo y liberó los horarios de bares y restaurantes y el uso de las playas, entre otras medidas.

Entretanto, el presidente del laboratorio brasileño União Química, Fernando Marques, dijo que está listo para fabricar «inmediatamente» la vacuna rusa Sputnik V en el país, a pesar del reciente veto del órgano regulador a la importación del fármaco, en línea con la postura del presidente, Jair Bolsonaro, quien siempre objetó su eficacia, aún cuando la misma fue comprobada en los numerosos países en donde se aplica.

Las patentes
La fabricación de inoculantes contra el coronavirus en el mundo volvió a tomar impulso esta semana, tras el apoyo de Estados Unidos a la liberación temporal de las patentes para las vacunas contra la Covid-19.

Una decisión que «impulsará las negociaciones» al respecto en la OMC, sostuvo la directora general del organismo internacional, Ngozi Okonjo-Iweala.

El Gobierno de Joe Biden oficializó el miércoles su respaldó el levantamiento de las protecciones de propiedad intelectual para las vacunas contra el coronavirus, iniciativa elevada ante la OMC por India y Sudáfrica en octubre del año pasado.

Los más de 100 países que la apoyan, incluyendo a Argentina, se comprometieron a modificar parte de la propuesta original con el objetivo de lograr un consenso en una votación prevista para principios de junio.

Francia y Rusia sumaron desde entonces su apoyo, pero el rechazo de Alemania puso en duda la viabilidad de esta iniciativa que debe ser adoptada por consenso.

Más allá de la disposición manifestada por el presidente francés, Emmanuel Macron, a discutir el levantamiento de estas patentes, el mandatario consideró que es más importante que Estados Unidos y el Reino Unido cesen las restricciones a la exportación de los fármacos.

«Hoy, los anglosajones bloquean muchos de estos ingredientes y vacunas», dijo a los periodistas al llegar a una cumbre de la Unión Europea (UE) en la ciudad portuguesa de Oporto, donde defendió el papel de Europa como exportador de dosis.

«En la actualidad el 100% de las vacunas producidas en Estados Unidos es para el mercado estadounidense», apuntó el mandatario, citado por la agencia de noticias AFP.

En cambio, la UE exportó hasta ahora más de 200 millones de dosis de vacunas, números que llevaron a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a afirmar que Europa es «la farmacia del mundo».

Los comentarios de Macron, que se hicieron eco de los funcionarios de Bruselas, subrayan el escepticismo en las capitales de la UE por el repentino cambio radical de postura en Estados Unidos con respecto a las patentes de las vacunas.

Los funcionarios de la UE dijeron que el principal problema en el aumento de la producción mundial de vacunas no era la protección de la propiedad intelectual, sino garantizar que países como Estados Unidos no sigan acumulando insumos.

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