Lima: Cae una segunda ministra en Perú
por el escándalo con la vacunación. El presidente Francisco Sagasti anunció que aceptó la dimisión de la jefa de la diplomacia peruana, luego de que reconociera que fue un «grave error» haberse vacunado en enero antes que comenzara la campaña de inmunización y que no recibirá la segunda dosis.
El escándalo derivado de la aplicación de vacunas contra el coronavirus a autoridades de Perú antes de que comenzara la campaña de inmunización motivó la renuncia de la canciller Elizabeth Astete, la segunda ministra que cae en el marco de un caso que puede salpicar a muchos otros funcionarios.
«He presentado al señor Presidente de la República mi carta de renuncia al cargo de ministra de Relaciones Exteriores», dijo Astete en un comunicado que difundió anoche en su cuenta de Twitter, en el que afirmó que fue un «grave error» haberse vacunado el 22 de enero y que no recibirá la segunda dosis.
El presidente Francisco Sagasti anunció poco después que había aceptado la dimisión de la jefa de la diplomacia peruana, que sigue a la renuncia de la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, el viernes pasado.
«Me siento indignado y furioso por esta situación que pone en peligro el esfuerzo de muchos peruanos», dijo el mandatario al canal América Televisión sobre la vacunación anticipada a funcionarios, informó la agencia de noticias AFP.
En lugar de Astete, el veterano diplomático Allan Wagner asumió como nuevo canciller de Perú, el sexto desde que la pandemia del coronavirus irrumpió en el país, hace 11 meses.
Diplomático de carrera de 79 años, Wagner fue canciller en 1985-1988 en el primer mandato del fallecido presidente Alan García y luego en 2002-2003 en el gobierno de Alejandro Toledo.
También fue titular de Defensa en 2006-2007, en el segundo mandato de García, y agente peruano en la demanda contra Chile por límites marítimos ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que falló en favor de Lima en enero de 2014.
La tormenta política se desató la semana pasada, cuando un diario de Lima publicó que el entonces presidente Marín Vizcarra había sido vacunado en octubre, semanas antes de que fuera destituido por el Congreso en un juicio político relámpago.
La revelación levantó una ola de críticas del Congreso al Gobierno, lo que llevó a la renuncia de Mazzetti, quien era titular de Salud de Vizcarra y quien continuó en el puesto con Sagasti.
Medios peruanos dijeron que la fiscal nacional, Zoraida Ávalos, abrió una «investigación preliminar» contra Vizcarra y otros «que resulten responsables» de esta vacunación a altos funcionarios.
Aunque en otros países presidentes y funcionarios se han vacunado en público para dar el ejemplo a la población, en el caso peruano las críticas van dirigidas a que miembros del Gobierno recibieron las dosis sin comunicarlo y cuando aún no arrancaba la campaña de vacunación formal.
«No es posible que, en medio de crisis, se utilice un cargo público para aprovechamiento personal. Urge investigación y sanción a responsables», declaró la oficialista presidenta del Congreso Mirtha Vásquez a América Televsión.
Sagasti, de 76 años, se vacunó en público el martes, en el primer día de inmunización al personal sanitario, ocasión en que incentivó a los peruanos a seguirle.
Todavía no hay fecha para el inicio de la vacunación a la población general, pues el país cuenta por ahora solo con 1 millón de dosis de la vacuna china de Sinopharm.
Tras la revelación de que se había vacunado, el popular expresidente Vizcarra (2018-2020), que busca un escaño en el Congreso en los comicios de abril, se defendió diciendo que fue voluntario en el ensayo clínico de Sinopharm, como miles de otros peruanos.
Pero la universidad a cargo del ensayo negó ayer que el exmandatario o su esposa hubiesen sido voluntarios.
«El señor Martín Vizcarra y la señora Maribel Díaz Cabello no forman parte del grupo de 12.000 voluntarios sujetos de investigación», dijo en un comunicado la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
Los medios peruanos especulan que pueden ser numerosos los funcionarios inmunizados anticipadamente, pues Sinopharm proporcionó además de las dosis del ensayo, otras 2.000 «vacunas de cortesía» para el personal a cargo del estudio y para miembros del gobierno peruano.
El escándalo estalló mientras Perú enfrenta la segunda ola de la pandemia, que cuadruplicó los contagios y decesos desde diciembre, y generó una aguda escasez de oxígeno medicinal.
Sagasti aspira a vacunar a 10 millones de personas antes de finalizar su mandato en julio, y anunció que ya están contratadas 48 millones de dosis, de las que se han recibido solo el primer millón.
Perú acumula 43.703 fallecidos por Covid-19, con 1,23 millones de casos confirmados y 1,14 millones de personas recuperadas. Su sistema de salud se encuentra saturado con 14.230 hospitalizados.