Los líderes del G-20 se comprometen a financiar vacunas para los países pobres
Documento de cierre de la cumbre virtual atravesada por el coronavirus
El grupo compuesto por las principales economías del mundo acordó mantener suspendida la deuda de los países más vulnerables hasta junio de 2021 y respaldó el trabajo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los líderes mundiales del G-20 se comprometieron a aportar los fondos necesarios para financiar el acceso de los países más pobres a la vacuna contra la covid-19. La iniciativa llamada COVAX todavía requiere de 28 mil millones de dólares en financiación, de los que 4.200 millones se necesitan antes de fin de año. En el cierre virtual de la cumbre, el grupo se comprometió a mantener suspendida la deuda de los países más vulnerables hasta junio de 2021 y respaldó el trabajo de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La canciller alemana, Angela Merkel, celebró que el encuentro haya contribuido a que «el multilateralismo y la responsabilidad global ante los desafíos desempeñen un papel importante».
Vacunas para todos y todas
«Hemos movilizado recursos para abordar el financiamiento inmediato de la salud mundial para apoyar la investigación, el desarrollo, la producción y la distribución de diagnósticos, terapias y vacunas contra la covid-19 seguros y eficaces», comunicó el bloque este domingo a través de un documento. «No escatimaremos esfuerzos para garantizar su acceso equitativo para todas las personas, de acuerdo con los compromisos de los miembros para fomentar la innovación», agregó el texto.PUBLICIDAD
El grupo compuesto por las 20 principales economías del mundo también le dio un espaldarazo a la OMS, al enfatizar «los importantes mandatos del sistema y las agencias de la Naciones Unidas, principalmente la OMS». Sin embargo, en lo que parece una concesión a los críticos de este organismo, el G-20 sostuvo que «toma nota» de los evaluaciones sobre las «lagunas en la preparación ante la pandemia» que llevaron a cabo distintos organismos internacionales.
En la reunión virtual de dos días, los líderes del G-20 prometieron construir una «era fuerte, sostenible, inclusiva y equilibrada» después de la pandemia de coronavirus y se comprometieron a apoyar la recuperación económica mundial. La declaración subrayó que los miembros del grupo siguen «decididos a apoyar a todos los países en desarrollo y menos desarrollados a medida que enfrentan los efectos sanitarios, económicos y sociales asociados con el coronavirus«.
El documento final se limita a reiterar otras medidas ya adoptadas a lo largo del año por el grupo, como mantener congelada la deuda de los países más desprotegidos hasta junio de 2021. En cambio, el grupo realiza un llamado al FMI para que «prepare un análisis sobre las necesidades de financiación externa en los países de bajos ingresos en los próximos años y de opciones financieras sostenibles».
Para los países que forman parte del bloque, la economía mundial está comenzando a recuperarse, pero su restablecimiento sigue siendo «desigual, muy incierto y propenso a mayores riesgos de recesión».
Recuperación coordinada y sostenible
En otro tramo del documento, el G-20 expresó su compromiso de conjugar la recuperación de la pandemia con la preservación del planeta y la construcción «de un futuro más medioambientalmente sostenible e inclusivo». En cuanto a la lucha contra el cambio climático y a la hora de abrazar el Pacto de París, este respaldo se circunscribe a los países firmantes, entre los que no se encuentra Estados Unidos, cuyo presidente saliente Donald Trump se opuso el año pasado y volvió a hacerlo este domingo.
Durante su intervención en la cumbre, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro se comprometió a proteger a la Amazonia y el Pantanal, dos biomas fuertemente golpeados este año por la deforestación y los incendios. Bolsonaro aseguró a sus colegas que podían contar con su país «para volver a un mundo más desarrollado y más sostenible», haciendo caso omiso a las múltiples críticas que recibió por su gestión en medio ambiente.
El G-20 hizo además una reivindicación explícita del multilateralismo, otro de los aspectos que se habían puesto sobre la mesa tras el deterioro sufrido durante el mandato de Trump. «Estamos unidos en nuestra convicción de que la acción global coordinada, la solidaridad y la cooperación multilateral son hoy más necesarias que nunca para superar los actuales desafíos y aprovechar las oportunidades del siglo XXI para todos», se expresa en otro de los párrafos de la declaración.
En este sentido el G-20 reiteró su absoluto respaldo a los acuerdos internacionales y objetivos globales vigentes, entre los que citaron a la agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la Hoja de Ruta de Desarrollo Juvenil 2025 y la promoción de la igualdad de género para reconocer a las mujeres como «motor clave del crecimiento económico».
Con la clausura de la cumbre concluye un año atípico para el G-20, que celebró la mayoría de sus reuniones y foros de forma virtual y que ha llevado a cabo por primera vez dos encuentros de líderes, uno de ellos extraordinario en mayo a causa del estallido de la pandemia. Con ella se termina la presidencia de turno de Arabia Saudita, que será relevada a partir del primero de diciembre por Italia.
«Conseguimos mucho este año. Cumplimos nuestro compromiso para seguir trabajando juntos para enfrentarnos al desafío de la covid-19 para salvar vidas y medios de vida, y proteger a los grupos más vulnerables», dijo al finalizar el encuentro el rey de Arabia Saudita, Salman bin Abdelaziz.
El G-20 está integrado por Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea. Además de España, país invitado permanente, Suiza, Jordania y Singapur fueron invitados a participar este año.