Francisco Sagasti es el nuevo presidente de Perú
El parlamentario centrista fue elegido por el Congreso.
Ocupó puestos técnicos en el Gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas pero también cargos ejecutivos en el Banco Mundial. Ahora, el ingeniero Francisco Sagasti enfrentará el desafío de devolver la estabilidad a un país convulsionado por el rechazo ciudadano a su clase política.
Sagasti, de 76 años, fue elegido congresista en los comicios extraordinarios de enero pasado por el Partido Morado, de tendencia centro-liberal, y llenará el vacío creado tras la dimisión de Manuel Merino en medio de una grave crisis que llevó a masivas protestas que dejaron dos muertos y decenas de heridos en Lima.
Al ser elegido para presidir la mesa directiva del Congreso, encabezará el proceso de sucesión presidencial establecido en la Constitución peruana, que indica que el titular de ese poder del Estado asume la presidencia cuando no hay un mandatario, en este caso hasta el 28 de julio de 2021.
La votación en favor de la lista dirigida por Sagasti -presidencia y las tres vicepresidencias de la Mesa- fue de 97 votos a favor y 26 en contra, y con ella finalmente se abre un camino de salida a la crisis política, de legitimidad y de represión que se desató en Perú a raíz de la destitución hace una semana de Martín Vizcarra.
En el momento en que Sagasti jure la presidencia interina de la República, lo que se estima se hará en cuestión de horas, el Congreso quedará en manos de la diputada izquierdista Mirtha Vázquez.
El perfil del próximo mandatario
Sagasti, descendiente por parte de padre de un héroe peruano de la guerra del Pacífico, es una figura de relativo consenso, bien visto tanto por la izquierda y la derecha, y con un perfil que puede ayudar a tranquilizar a una ciudadanía hastiada con los manejos políticos y los intereses subalternos evidenciados por los partidos que impusieron la destitución de Vizcarra y la asunción de Merino.
De hecho, Sagasti fue uno de los pocos diputados (solo 19 de 130) que se opuso activa y pasivamente a esa destitución por su carácter ilegítimo, desestabilizador y su alejamiento de la voluntad popular, lo que finalmente se ha terminado de mostrar en los hechos.
El político, ingeniero de profesión y quien trabajó durante varios años como consejero técnico en el Banco Mundial, tendrá aparentemente más facilidades que su predecesor para conformar un gabinete de «ancha base» que asegure la celebración de las elecciones generales de 2021 y una transición pacífica del poder en julio.
Consenso complicado
La elección de Sagasti, sin embargo, no fue fácil y llegó tras un intento fallido en la noche del domingo, en la que otra lista, en esa ocasión liderada por la diputada de izquierdas Rocío Silva Santisteban y que lo tenía a él como primer vicepresidente, fuera rechazada por los congresistas.
Esa lista, que hubiera supuesto que por primera vez en la historia una mujer asumiera la presidencia del Perú, entró a votación tras haber sido consensuada por los portavoces de los partidos.
Sin embargo, en un acto que Sagasti calificó como «traición», muchos de los votos prometidos no llegaron, lo que forzó una nueva jornada de negociación entre los congresistas.
Mientras, tanto la presidencia de la República, como la presidencia del Congreso quedaron vacantes y dos de los tres poderes del Estado peruanos inoperativos en el contexto de una crisis social y política sin precedentes que se suma al drama económico y sanitario causado por la covid-19.