Radiografía del ATP, la asistencia del Gobierno a empresas
Un salvavidas estatal de 200 mil millones.
En seis meses, el programa que pagó la mitad de los salarios privados, ya alcanzó al 50 por ciento de las firmas argentinas impactadas por la COVID.
Mientras se discute en la política y el Círculo Rojo el tipo de perfil del Gobierno en relación al sector privado, los números de asistencia oficial a empresas en el marco de la pandemia impactan y clarifican que, sin el desembolso oficial, la actual crisis económica hubiese tenido alcances inabordables. Un trabajo al que accedió Página I12 repasa las cifras totales del ATP, medida con la cual el Ejecutivo pagó la mitad de los salarios de compañías en crisis; y especifica que, en seis meses, ya se destinaron a ese fin más de 200 mil millones de pesos. En ese período, la mitad de las empresas del país requirieron el salvavidas del Estado para subsistir y pagar salarios o bien tomar créditos a tasas bajas.
El total invertido fue, concretamente, de 207 mil millones, 202 mil millones de los cuales se destinaron al pago del Salario Complementario y 5 mil millones para créditos a tasa subsidiada. Este último número es parcial porque no cuenta con los datos del mes de septiembre. PUBLICIDAD
Visto en perspectiva, la progresión del ATP en fases también deja ver los niveles de apertura que fue teniendo la economía desde el inicio de la pandemia a hoy, donde el Gobierno observa que entre un 80 y un 90 por ciento de la actividad está funcionando.
En abril de este año, accedieron al ATP 235.140 empresas donde se desempeñan 2.273.980 trabajadoras y trabajadores que percibieron el Salario Complementario. En esa primera tanda, el Estado invirtió más de 48.000 millones de pesos.
En mayo, el ATP II tuvo un total de 239.355 empresas entrando al programa para hacer frente a una parte del salario de 2.034.437 trabajadoras y trabajadores. La asistencia estatal para el pago de salarios del sector privado rondó los 42 mil millones de pesos.
En su versión III, en junio, el ATP alcanzó a 211.149 empresas que cumplieron con los parámetros previstos en la normativa para acceder al Salario Complementario. Así, 1.816.275 trabajadoras y trabajadores percibieron en sus cuentas bancarias el beneficio del programa, con una inversión estatal que superó los 33 mil millones.
En julio, el ATP IV alcanzó a un total de 1.372.505 trabajadoras y trabajadores que se desempeñan en 131.190 empresas percibieron el Salario Complementario. Ese mes se habilitaron los Créditos a Tasa Subsidiada que permitieron cancelar una parte del salario de 165.302 trabajadores que pertenecen a 12.402 firmas. El Estado destinó una suma cercana a los 29.000 millones
En el tramo V, de agosto, el Salario Complementario benefició a 1.421.161 trabajadoras y trabajadores que se desempeñan en 133.320 empresas. Asimismo, 115.631 salarios se pagaron con asistencia de los Créditos a Tasa Subsidiada. El Estado invirtió un monto cercano a los 30 mil millones de pesos.
En el tramo más reciente, el VI, correspondiente a septiembre, hubo un total de 1.291.970 trabajadoras y trabajadores que desempeñan tareas en 124.160 empresas que accedieron al salario complementario. El Estado destinará una suma equivalente a 26 mil millones para financiar el pago del salario complementario que se complementará con los fondos que sean asignados a los Créditos a Tasa Subsidiada.
Atenuar la perdida de empleo
En el Gobierno leen que el ATP fue además importante para atenuar los malos números que el empleo formal tuvo en pandemia, lo que se observa si se miran las caídas contra el trabajo no registrado. Según el trabajo al que accedió este diario, la reducción de la población ocupada entre el segundo trimestre 2020 y el segundo trimestre 2019 se explicó principalmente por la caída del empleo no registrado (-43,4 por ciento interanual) y el trabajo independiente (-29,4). El empleo registrado presentó un comportamiento contractivo pero de una magnitud muy inferior: -4,6 por ciento en los 31 aglomerados urbanos relevados en la EPH y 3,3 por ciento si se considera la proyección para el total de las zonas urbanas del país.
“Se trata de una caída moderada considerando el estado de emergencia sanitaria, económica y social. Esto se advierte con claridad al analizar la evolución interanual de esta modalidad ocupacional en los países de la región”, se destaca en el informe y se citan casos: en Chile, el empleo asalariado formal sufrió una caída del 10,8 por ciento y en Brasil, la contracción alcanzó al 6,2. “El fenómeno laboral más negativo verificado en el segundo trimestre de 2020, consistente en la profunda contracción de las tasas de actividad y de empleo, presenta una intensidad menor en las regiones donde las medidas de aislamiento social fueron más flexibles”. completaron.
Así, mientras que en el AMBA las tasas de actividad y empleo cayeron 12 y 11 puntos porcentuales (en la comparación interanual); en la región Noreste, la tasa de actividad cayó 2,3 puntos porcentuales y la tasa de empleo 3,4 puntos porcentuales.
Puertas adentro del Gobierno entienden que el ATP es una parte de las políticas “laborales contracíclicas puestas en marcha en el transcurso de la pandemia, que fueron relevantes para preservar los puestos de trabajo”. Señalan en ese pelotón a la prohibición de los despidos (despidos sin justa causa y por las causas de falta o disminución de trabajo y fuerza mayor) y la aplicación de suspensiones colectivas reguladas (impulsado por un acuerdo firmado entre la UIA y la CGT).
El último dato fuerte es que, considerando la sumatoria de las personas que se quedaron sin empleo en el segundo trimestre del 2020 (3,3 millones) más desocupados e informales (6 millones), se llega a más de 9 millones de personas, beneficiarios estimados del IFE, por lo que se puede inferir que una proporción relevante de la población que perdió el empleo durante la pandemia o enfrenta severos problemas laborales, se encuentra cubierto por el IFE.