La mujer violada en Puerto Deseado llegó a Salta para velar a su hijo
Tras la violación y el asesinato en playa Cavendish
La mujer atacada en la ciudad santacruceña de Puerto Deseado por dos hombres, que abusaron sexualmente de ella y asesinaron a su hijo de 4 años, llegó este miércoles a Salta, su provincia de origen, junto a su esposo y dos de sus hijos para despedir los restos del niño.
Los cuatro partieron cerca de las 7.30 de la mañana de ayer hacia Comodoro Rivadavia, donde tomaron un vuelo a Buenos Aires y de ahí otro a Salta. Allí fueron recibidos por el resto de sus familiares, así como también por el gobernador Gustavo Sáenz; el ministro de Seguridad de la provincia, Juan Manuel Pulleiro; el coordinador de Enlace y Relaciones Políticas de la Gobernación, Pablo Outes; y la secretaria de Derechos Humanos, Mariana Reyes, entre otras personas.
Tras el encuentro, la víctima fue trasladada a una clínica privada, donde fue asistida, y luego a una casa de huéspedes de Gendarmería Nacional, donde pasó la noche junto a su marido y el resto de su familia.
Se espera que el féretro del niño llegue antes del mediodía al aeropuerto internacional Martín Miguel de Güemes, capital de Salta, donde será trasladado en caravana hacia la ciudad Rosario de la Frontera, de donde la familia es oriunda, para ser sepultado.
Por el hecho se encuentran a disposición de la justicia O.A., 33 años, y un adolescente de 16, luego de ser identificados por la víctima en ruedas de reconocimiento. Alvarado está detenido en una comisaría de Caleta Olivia, acusado por los delitos de “rapto, robo, abuso sexual con acceso carnal, tentativa de femicidio”, mientras que el menor fue trasladado a la ciudad de Río Gallegos para ser alojado en el Centro de Detención Juvenil.
El sábado pasado O.A. se defendió de las acusaciones con el argumento de que padece esquizofrenia y que no recordaba lo que había ocurrido. Este martes se negó a declarar ante el fiscal de la causa, Horacio Quinteros, y el juez de la causa, Oldemar Villa, ordenó realizar peritajes psicológicos y psiquiátricos.
En tanto, el adolescente admitió su participación en el hecho, pero afirmó que fue “obligado” por O.A. A su vez, aportó datos que permitieron a la Policía de Santa Cruz encontrar el teléfono celular que le habían robado a M.M y aclaró que dejó un buzo en el lugar que hasta el momento es buscado por la policía.