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Macri: «Los resultados no llegaron a tiempo»

La Argentina según Cambiemos
En su primera Cadena Nacional el presidente saliente, Mauricio Macri, excluyó de su balance de gestión los dos índices por los cuales había pedido que se lo juzgara, la inflación y la pobreza, que treparon al 55 y a más del 40% respectivamente, y reconoció que «los resultados de nuestras políticas económicas no llegaron a tiempo». Celebró que el suyo era «el primer gobierno no peronista en 100 años (sic) que termina su mandato».

A puro autoelogio, con una mezcla de discurso presidencial y spot de campaña, Mauricio Macri hizo su balance de gestión en cadena nacional. Fue la primera vez que la usó fuera de los actos institucionales. «No me voy satisfecho de cuál fue el resultado de la lucha contra la inflación», fue una de las frases que le regaló a los televidentes. Sostuvo que seguirá siendo una «alternativa sana de poder» a Alberto Fernández. Y se esforzó por demostrar que le deja un mejor país al próximo gobierno, pese a la crisis económica y los números de la pobreza, la indigencia y la desocupación, por los que volvió a culpar a las PASO y a cómo votaron los argentinos.

Macri no había utilizado hasta ahora la cadena nacional por fuera de las fechas obligatorias (las aperturas de sesiones). En el decreto en el que dispuso la cadena nacional, se deshizo en explicaciones de por qué recurría a esta herramienta. Sostuvo que «el Poder Ejecutivo Nacional, previo a la finalización del mandato presidencial establecido en el artículo 90 de la Constitución Nacional, deberá informar a la ciudadanía sobre el estado de la Nación resultante de los cuatro años de gestión». De esta manera buscó camuflar una decisión política -la de hablarle a la población del país que deja- como una suerte de obligación institucional. «La rendición de cuentas a la ciudadanía es uno de los principios fundamentales sobre los que se asienta el sistema representativo y republicano que adopta nuestra Nación como forma de gobierno», proclamó en el decreto, a toda pompa. El secretario de Medio Ambiente, Sergio Bergman, fue más sincero: «Servirá para que no se nos ponga en el lugar que no se hizo nada. No con el concepto del éxito sino con la virtud de la transparencia de cómo llegamos y cómo nos vamos».

La cadena nacional, que salió grabada, comenzó puntual a las ocho de la noche. Macri se presentó de traje y corbata, mirando a los ojos a los televidentes, con la bandera argentina a un costado. Pero rápidamente pasó a parecerse a los spots que lanzó en la campaña Juntos por el Cambio, con planos aéreos de obras, mezclados con gráficos de barras que se esforzaban por mostrar cómo mejoró su gobierno el país. El discurso se dividió en seis ejes, que fueron marcados con gráficas que anunciaban el comienzo de otro bloque. Fueron: Infraestructura y Energía, Cultura del poder y calidad, Desarrollo Humano, Economía, Relación con el mundo y Seguridad y narcotráfico. Eludió incluir un eje sobre la pobreza, una gran ausente en el balance presidencial.

Muy editado

El video tuvo también frases de Macri destacadas en un texto, como si se tratara de un Powerpoint, y también un audio que pegaba saltos de plano, reforzado la idea de un discurso muy editado. «Por única vez en estos cuatro años voy a usar la cadena nacional. Muchas personas me pidieron que hiciera una cadena para hablar de cómo recibí el país. Me parece más constructivo hacerlo ahora», argumentó Macri.

«Hubo avances. Hemos valorado las instituciones. Nuestra Justicia es más independiente. Nuestra prensa es más libre. Nos integramos al mundo. Y combatimos el narcotráfico», enumeró el presidente. También destacó como un logro de gestión llegar al final de su mandato: «Es la primera vez en cien años que un gobierno no peronista está terminando su mandato». «Los resultados de las reformas económicas no llegaron a tiempo», fue su interpretación de lo ocurrido. Y pasó a enumerar «logros».

«Recibimos un país sin energía y con una infraestructura vieja. Todos esos problemas están arreglados», aseguró Macri, con suficiencia. «En 2015 pagaban el 15 por ciento del costo de su factura y hoy pagan alrededor del 80 por ciento», mencionó entre los logros. Luego de prometer un verano sin cortes de luz como antes prometía eliminar el impuesto a las ganancias, destacó que la baja de importación de energía «es un ahorro que el próximo gobierno va a poder aprovechar». «Dejamos 700 kilómetros de autopista», aseguró, aunque lo desmientan los informes de Vialidad Nacional.

«Todo esto lo hicimos con transparencia y sin corrupción, después de una década de corrupción, sobreprecios y obras que nunca se terminaban», aseguró Macri, que evitó hablar de la causa que se instruye por el pago de millones de dólares a empresas de peajes en las que tuvo participación el Grupo Macri.

El siguiente eje fue el de «Cultura de poder y Calidad democrática». «Me enorgullece que hoy podamos ser más tolerantes», aseguró el presidente, un día después de calificar de «traidores» a los diputados que abandonaron su espacio. «Vivimos cuatro años de libertad de expresión, sin guerra contra el periodismo», destacó, a pesar de los empresarios de medios que denuncian que fueron a prisión para presionarlos para que vendieran sus canales o los más de 3000 periodistas que perdieron su trabajo.

«Estoy orgulloso de las mejoras que hicimos en la Justicia», remarcó Macri, días después de que el relator de la ONU para la independencia del Poder Judicial advirtiera sobre serios ataques a la independencia del Poder Judicial. «Los argentinos sufrimos las consecuencias sobre la corrupción. Dejamos un Estado donde es más difícil robar la plata. Siempre habrá pillos y ladrones, pero el Estado tiene que poder atraparlos», sostuvo. Quizás se lo comunique a la secretaria de Lucha contra la Corrupción, Laura Alonso, que hace días debió ir a indagatoria por el presunto encubrimiento del ex ministro de Energía, Juan José Aranguren. «Los ciudadanos ya no se sienten cadetes del Estado», advirtió Macri. Presumiblemente no se refería a la causa del Correo, donde se investiga a Oscar Aguad por el intento de evitar que el Grupo Macri pagara miles de millones de pesos que le sigue debiendo al Estado.

«Recibimos un INDEC que manipulaba la información. Me aseguré de que el mandato siguiente tenga un INDEC creíble y profesional», aseguró Macri, quien en el siguiente eje afirmó que hay más niños con cobertura de AUH. También se animó a hablar de los jubilados, a los que les recortó los aumentos en 2017 y dejó a su suerte este año. A las políticas de género le dedicó unos pocos minutos, sin dar detalles. No mencionó la derogación del protocolo ILE, que forzó la renuncia de su secretario de Salud.

Es la economía, Macri

El segmento sobre economía es el que requirió las mayores contorsiones del presidente. «Quiero explicarles qué intentamos hacer y por qué estoy convencido que hoy estamos más preparados para crecer que hace cuatro años», arguyó. «Nos pusimos a nosotros mismos en una situación demasiado difícil», aseguró Macri, que sostuvo que este año la crisis se estaba terminando y culpó nuevamente a los votantes por la crisis de 2019. «Vinieron los resultados de las PASO. Ese miedo al futuro nos hicieron retroceder varios casilleros», insistió trasladando la responsabilidad a los otros.

«Se habló mucho en estos años sobre el crecimiento de la deuda pública y de cómo es un problema para el próximo gobierno. Ahora debemos más, es cierto», admitió Macri, pero luego argumentó que el porcentaje del PBI que representa la deuda «no es un nivel preocupante para un país como el nuestro». «Otra confusión es qué hicimos con la plata que nos dio el Fondo», dijo. «El próximo gobierno no va a estar obligado a sincerar un dólar ficticio», sostuvo. «Es cierto que tuvimos una inflación más alta, pero ordenamos las bases de nuestra economía», fue su excusa. «Alguno de ustedes puede preguntarse ¿qué me importa todo esto si mi salario no mejora? Es cierto. Pero son condiciones para crecer. Lamento no haber podido ofrecer mejores resultados. Nos chocamos contra la misma piedra: el dólar», fue su explicación.

Macri también sostuvo que defendió los derechos humanos en Venezuela «como hicimos en las últimas semanas», pese a que no condenó el golpe en Bolivia, sino todo lo contrario. «Jamás haría algo para entorpecer el trabajo del gobierno entrante. Hoy hay una alternativa sana de poder en la Argentina», afirmó. Quizás fue el punto al que quería llegar: plantarse como el principal opositor a Alberto Fernández hacia 2021.

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