Un túnel directo a los perros
Siete presos del Penal de Florencia Varela planeaban escapar a través de un túnel pero fueron sorprendidos por personal del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). El túnel conducía hacia el sector de los caniles de perros entrenados por el servicio penitenciario, por lo que los investigadores suponen que los internos no estaban bien orientados, ya que de haber salido por el túnel se habrían visto sorprendidos por los perros.
Este lunes, durante una requisa, los uniformados advirtieron el pozo que habían comenzado a cavar los internos, disimulado con una tapa de madera cubierta de aserrín, y pusieron fin al plan de fuga. Tras el descubrimiento, se dio intervención a la Unidad Funcional de Instrucción 9 Descentralizada de Florencio Varela, que imputó a los presos por el delito de «tentativa de evasión» y dispuso su traslado a otros penales.
La tentativa de fuga ocurrió en la Unidad 24 de máxima y mediana seguridad de Florencio Varela, creada en diciembre del 2015, en la cual permanecen encerradas 1540 personas. Hace unos días, siete internos «de buena conducta que en su mayoría se encontraban detenidos por el delito de robo y que tenían como vencimiento de pena el 2021 y el 2022» comenzaron a cavar un túnel en el espacio donde se brindan talleres de oficio –artes plásticas, tapicería y carpintería– y donde funciona un sector de reciclado.
Este lunes a la mañana, durante una requisa, los uniformados del SPB vieron un orificio en el piso de unos 90 centímetros de diámetro por 140 de profundidad y una extensión de dos metros, en las cercanías al muro de rondas. El acceso al túnel había sido tapado por los internos por una tabla de madera que además había sido recubierta con aserrín para disimular. Los investigadores creen que, por la longitud del pozo, los presos llevaban no más de dos días excavando.
Tras el hallazgo, los penitenciarios ingresaron al pozo y encontraron la pala utilizada para cavar, que fue secuestrada para ser sometida a un peritaje. La tierra que los internos extraían con esa pala, según explicaron fuentes de la investigación, era arrojada a un terreno lindero en el que se acumulaban botellas de plástico y basura reciclada.
Una vez descubierto el pozo, se dio intervención a la Justicia y comenzó a investigar la Unidad Funcional de Instrucción 9 Descentralizada de Florencio Varela, que imputó a los siete presos por el delito de «tentativa de evasión» y dispuso su traslado a otros penales: a la Unidad 2 de Sierra Chica, a la Unidad 3 de San Nicolás, a la Unidad 4 de Bahía Blanca, a la Unidad 5 de Mercedes, a la Unidad 13 de Junín, a la Unidad 17 de Urdampilleta y a la Unidad 30 de General Alvear.
Por otro lado, se inició una investigación dentro de la fuerza para averiguar si los presos contaron con la complicidad de algún penitenciario.