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Murió de frío porque «nunca aceptó nuestra ayuda»

Sergio Zacariaz, el hombre de 52 años que murió de frío mientras dormía en una vereda de San Telmo, llegó a esa situación porque “nunca desafortunadamente aceptó nuestra ayuda”, aseguró el responsable de la Dirección General de Atención Inmediata del Gobierno porteño, Mariano Goyenechea. Zacariaz, aseguró el funcionario, “nunca quiso venir a un parador, siempre rechazó cualquier tipo de intervención de con nuestros profesionales”. El hombre había sido contactado por equipos de su área al menos tres veces durante el invierno pasado, “pero desafortunadamente nos enteramos este lunes de que había perdido la vida”. En el medio, en el caso particular del hombre que falleció, el Estado no pudo hacer nada más, “pero tenemos muchísimas satisfacciones de gente que acepta ir a nuestros paradores, y nada, estamos detrás de esos logros”, añadió Goyenechea durante una entrevista radial.

Zacariaz fue hallado muerto en la mañana del lunes, tras una de las noches más frías del año, sobre la vereda de la calle Perú, entre Venezuela y Belgrano. La misma Policía de la Ciudad, que halló oficialmente el cuerpo, trasladó el cadáver en un furgón hasta la morgue alrededor del mediodía, como quedó registrado por un fotoreportero de este diario en la foto que acompaña este texto. Dos días después, voceros de la Policía de la Ciudad dieron a conocer una versión falaz, según la cual Zacariaz había sido hallado por un patrullero que, a su vez, dio intervención al Same y que el hombre habría sido trasladado en ambulancia a un hospital donde se constató su fallecimiento.

El funcionario Goyenechea, cuya área depende de la Subsecretaría de Fortalecimiento Familiar a cargo de Maximiliano Corach, también aseguró que los paradores del Gobierno de la Ciudad “nunca estuvieron colapsados”. Por eso, consultado por periodistas de radio Futurock acerca de por qué motivo anoche el estadio de River acogió a más de cien personas en situación de calle para resguardarlas del frío, respondió que no tenía respuesta. “No le encuentro ninguna justificación (a la cantidad de gente que acudió al club), está por demás comprobado que nosotros tenemos capacidad”, señaló.

Los paradores “cada año están mejor organizados” y “hemos aumentado la dotación del personal de profesionales en cada uno de ellos, hemos mejorado los servicios que prestamos, desde la comida, la lavandería, las condiciones en las que la gente vive. Por lo tanto, no se trata de un tema ni de recursos ni de comodidad”, aseguró el funcionario. Sin embargo, la situación de los paradores está lejos de esa imagen idílica , como informó, por ejemplo, este diario en agosto del año pasado, cuando alrededor de las 140 personas alojadas en el Centro de Atención Familiar Costanera Sur denunciaron que en el lugar no había ni luz, ni calefacción ni agua caliente. La denuncia había sido ratificada por la Auditoría General porteña, que señaló que el parador en cuestión acumulaba denuncias por deficiencias graves desde 2011. El informe subrayaba especialmente las deficiencias alimentarias y de infraestructura, la falta de presupuesto y de personal especializado en materia psico-social para dar contención a familias en situación de calle.

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