Mascasín, el pueblo de 35 habitantes que es furor por el eclipse
En La Rioja, el eclipse está revolucionando la vida de Mascasín, uno de los pueblos que los expertos señalan como puntos geográficos privilegiados para observar el fenómeno. En el lugar, de 35 habitantes, los patios de las casas se convertirán en estacionamientos y las cocinas de vecinas y vecinos, espacios gastronómicos para abastecer a quienes, atraídos por la promesa de la oscuridad en plena tarde, lleguen al paraje ubicado sobre la ruta 144 en el que la infraestructura turística brilla por su ausencia.
Mascasín, ubicado en el suroeste provincial, en el departamento Rosario Vera Peñaloza, es uno de los lugares en los que el eclipse durará más: dos minutos. “Es el lugar de la Argentina donde más durará el eclipse y le da tiempo a los astrónomos de poder estudiar este fenómeno extraordinario”, aseguró el secretario de Ciencia y Tecnología provincial, Javier Tineo, al explicar por qué las autoridades riojanas resolvieron concentrar actividades en el lugar. De hecho, el área de Tineo prevee enviar al lugar “300 lentes descartables con filtros especiales para poder visualizar el sol durante el eclipse”.
“Nos estamos preparando para recibir a mucha gente”, contó a un diario local una de las habitantes de Mascasín, Ester Romero. La mujer detalló que “todo el pueblo está organizado. Vamos a hacer empanadas, milanesas, escabeche, pan casero, tortas fritas, café, leche, mate cocido y todo lo que esté a nuestro alcance para servir” el martes.
Para el pueblo, la tarde del eclipse será el punto álgido de un proceso que comenzó hace meses, cuando las autoridades departamentales comenzaron a prepararlos para el 2 de julio. “Desde hace meses, personal del municipio del departamento Rosario Vera Peñaloza nos brindó información y se dictaron charlas para saber de qué se trata”, contó Romero. Los preparativos, que incluyen prever espacios para vehículos de los astroturistas en los patios de las casas, también comprenden medidas de seguridad para los habitantes, que elaboraron en talleres “las cajitas para poder ver el eclipse sin dañarnos la vista”.