Otra denuncia, casi 30 años después

Luis Tula, uno de los condenados por el crimen de María Soledad Morales, fue denunciado por violencia de género por su ex esposa, con quien tiene dos hijos de 8 y 4 años. Tula habría amenazado a la mujer y a su hijo mayor con una navaja. “Estoy asustada, tengo miedo de que me mate, de que mande a matar a mi hijo mayor”, dijo a PáginaI12 la mujer, quien prefirió mantenerse anónima por temor a Tula y sus “vínculos con la Justicia. La mujer también está preocupada por la seguridad de sus hijos pequeños porque, al no contar aún con un régimen de visitas, Tula puede visitar a los niños.

En septiembre de 1998 Tula fue condenado a 9 años de prisión por ser partícipe secundario de la violación de María Soledad Morales, la joven catamarqueña de 17 años asesinada en 1990. Tula, novio de María Soledad y 12 años mayor que ella, fue acusado de entregarla a Guillermo Luque, hijo del entonces diputado nacional Angel Luque, quien llevó a la adolescente a una fiesta en la que la drogaron con cocaína y abusaron de ella. En prisión, Tula estudió Derecho y se recibió de abogado.

Según contó la ex mujer, el otro domingo Tula había pasado el día con sus dos hijos, pero cuando los llevó a su casa cerca de las 8 de la noche, no quería entregar al más pequeño. “Le pedí a la sobrina de él, que vive abajo de mi casa, que vaya ella a buscar a los chicos pero me dijo ‘tía, él no me lo quiere dar, quiere que vaya usted’”, relató la mujer. Maxi, su hijo de 25 años fruto de una relación anterior, decidió ir a buscar a sus hermanos, pero “cuando Luis lo ve, lo empieza a insultar”.

“Cuando mi hijo se acerca, Luis le dice ‘salí de acá que te voy a cagar matando’ y le quiere clavar una navaja que tenía guardada en la puerta del auto”, aseguró. Maxi golpeó en la mandíbula a Tula, que en una entrevista con un medio local negó rotundamente haber intentado agredir al joven. Tula finalmente se fue después de que Maxi y su madre llamaran a la Policía que “demoró entre 20 y 30 minutos en venir”. “La Policía lo palpó remal, todo el tiempo le decían ‘doctor’ y él les decía ‘muchachos, ustedes me van a servir de testigos contra este delincuente’”, recordó la mujer.

El domingo a la medianoche, Tula “volvió con el auto y se puso a tocar bocina, para que supiera que estaba ahí y se fue”, pero cuando la mujer fue a la comisaría, “no me querían tomar la denuncia”. “‘¿Va a hacer la denuncia cada vez que vea el auto?’, me preguntaban y me decían que tiene que haber violencia física”, denunció.

Tula no puede acercarse a su expareja porque, desde el 29 de abril pasado, rige una medida de restricción contra él. “Eso es lo único que hizo la Justicia, esta restricción, pero él nunca la cumplió”, lamentó la mujer que estuvo casada con él durante 10 años. “Hubo violencia física desde la primera semana que empecé a vivir con él”, acusó la mujer y dijo que fue golpeada incluso cuando estaba embarazada. Ella contó que fue a denunciarlo en reiteradas ocasiones, pero sólo le tomaron la denuncia cinco veces.

“El (Tula) es reamigo de todos”, afirmó la mujer y dijo que, después de haber obtenido la orden de restricción a fines de abril, Tula la llamó por teléfono para insultarla y decirle que “los fiscales, que son amigos de él, le pasaron la foto de la denuncia” y que había podido ver “todas las mentiras que andás diciendo de mí”. Según la mujer, el poder de Tula tiene tal magnitud que varios abogados rechazaron tomar su caso. “Me decían ‘¡Pero si el doctor es rebuena persona!’ y yo les contestaba que de la puerta de mi casa para adentro es otra cosa”, afirmó. Recién este lunes consiguió una abogada que lleve su caso.

La mujer contó que, hace unos años, su hijo Maxi se mudó al departamento donde ella vivía con Tula para comenzar a estudiar la carrera de Derecho. “El primer año fue excelente, después a Luis le comenzó a molestar Maxi porque él ya no podía pegarme, ni denigrarme si Maxi estaba presente – afirmó–. Me amenazó con que si le decía algo a Maxi lo iba a implicar con droga o que iba a mandar que lo maten, que lo quiebren”. La mujer se separó de Tula hace dos meses y, a partir de ese momento, Maxi es quien se hace cargo de la manutención de su madre y sus hermanos. “Si no fuera por mi hijo, ni yo ni mis hijos tendríamos algo para comer”, aseguró.

“Yo quiero que me ayuden, que protejan a mis hijos, pero él tiene poder en la provincia”, lamentó la mujer. Por su parte, Tula anunció que pedirá la tenencia de los niños.  “Jamás los llevó a la pediatra, jamás los llevó al colegio, nunca fue a un acto, no se levantó en la noche a ponerles un paño cuando tenían frío, lo hacíamos mi hijo Maxi o yo”, señaló la mujer y aseguró que este fin de semana no va a permitir que Tula se lleve a sus hijos “Así venga con Macri, no se los voy a dar. ¿Quién me va a dar la seguridad de que no les va a hacer daño?”, inquirió.

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