El Pacífico bajo riesgo de contaminación radioactiva
La Organización de Naciones Unidas (ONU) advirtió sobre posibles fugas de material radiactivo que podrían afectar gravemente el ecosistema del Océano Pacífico. Durante la Guerra Fría, Estados Unidos hizo en las Islas Marshall un gran depósito en el fondo del mar con material radiactivo, un “sarcófago nuclear”, que ahora pareciera estar deteriorándose, según advirtió Antonio Guterres, secretario general de la ONU. El material que fue encapsulado en este sitio forma parte de los diversos ensayos nucleares efectuados por el gobierno estadounidense entre 1946 y 1958.
Durante esos años, en plena Guerra Fría con la Unión Soviética, Estados Unidos realizó más de 100 ensayos nucleares, 67 de ellos entre 1946 y 1958 en los atolones de Bikini y de Enewetak, en las Marshall, a medio camino entre Australia y Hawai. Una de ellas fue la bomba “Cactus”, protagonista de una explosión relativamente pequeña en 1958 en la isla de Runit. El ejército estadounidense, sin embargo, la convirtió en la peor herencia de los ensayos nucleares estadounidenses.
Dos décadas después de la detonación de Cactus en la isla de Runit, EE.UU derramó en el cráter que se generó los desechos contaminados de decenas de otros ensayos. Todo fue recubierto en 1979 con una gran cúpula circular de cemento de 115 metros de diámetro y 45 centímetros de espesor. Esta solución de almacenamiento debía ser temporal. Y por razones de costos, el fondo del cráter no fue aislado con una capa de cemento, de ahí los temores a fugas radiactivas.
Tras cuatro décadas, ahora aparecieron grietas en la estructura, que está amenazada por la subida del nivel del mar causada por el cambio climático. Se ignora aún cuál puede ser su resistencia en caso de un fuerte tifón. Guterres comparó al cráter con “una especie de sarcófago”, tras advertir su peligrosidad.