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River igualó ante Palestino por el Grupo A de la Copa LibertadoresNo hubo gritos de gol en un vacío Monumental

Sin público por la sanción de la Conmebol, el Millonario careció de volumen de juego, aunque generó chances que no pudo aprovechar porque sus delanteros no tuvieron efectividad.

En un Monumental vacío de hinchas –por la sanción de dos encuentros que le aplicó la Conmebol a raíz de los incidentes frente a Boca en la vuelta de la final de la edición pasada–, River empató sin goles ante Palestino de Chile, en su segunda presentación en el Grupo A de la Copa Libertadores.

Con Matías Biscay en el banco­   –Marcelo Gallardo cumplió ayer el último partido de la sanción por haber entrado al vestuario del Millonario en Brasil, ante Gremio–, el local salió a controlar el trámite. Y lo logró. Por ese mejor andar tuvo dos opciones de gol en menos de veinte minutos. La más clara fue, cuándo no, un tiro libre de Quintero que el arquero visitante contuvo volando hacia su izquierda. La otra, un remate de Borré que un defensor chileno tapó con su último esfuerzo. Tuvo lo suyo la visita, con un disparo de Jiménez desviado por Armani al corner. Esa chance llegó porque con el correr de los minutos, River cedió el control en la mitad de la cancha, donde no sintonizaban Ponzio y Pérez. Pero el Millonario tiene a Quintero y el colombiano frotó su lámpara a los 31, poniendo un pase pinchado para dejar sólo a Borré, quien le cedió el gol a Fernández, pero éste falló en la definición. A los 38, Pratto conectó con la zurda un centro desde la izquierda de Fernández y la pelota se fue por arriba del travesaño. Pero el local no pudo romper el cero y se fue al descanso sabiendo que tenía que hacer algo más para superar a un conjunto chileno que intentó plantarse y jugar de igual a igual.

El complemento repitió el desarrollo de la etapa inicial. River era peligroso a partir de lo que generaban sus individualidades, a falta de buenas maniobras colectivas. Y Palestino preocupaba porque le sacaba jugo a las llegadas aisladas que provocaba con el pivoteo de Passerini para dejar de frente al arco a los volantes que se proyectaban.

Desde el banco de River buscaron cambiar el curso del cotejo con los ingresos del juvenil Ferreira y de Suárez, primero, y de Scocco después. Las modificaciones produjeron que River volcara el desarrollo a su favor, pero ese desequilibrio no llegó al marcador. El empate premió también a los chilenos, que pudieron llevarse el triunfo de no mediar tres buenas atajadas del siempre destacado Armani, tan figura como su colega González.

 

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