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La Justicia lo autorizó a salir de la cárcel Lula fue al entierro de su nieto Arthur

El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue autorizado a concurrir al entierro de su nieto Arthur, quien murió ayer como consecuencia de una meningitis. El líder del PT salió del penal de Curitiba donde está confinado y fue trasladado en medio de un fuerte operativo de seguridad en helicóptero hasta San Pablo para participar allí de la ceremonia junto a su familia.

Lula está preso desde abril del año pasado por decisión del entonces juez Sergio Moro, hoy ministro de Justicia de Jair Bolsonaro. A fines de enero murió su hermano Vavá y al ex presidente no le permitieron ir a su entierro.

Aquella decisión volvió a exponer la saña contra Lula de quienes hoy ostentan el poder y no fue bien vista. Esta vez ante la muerte del nieto del ex presidente la reacción fue distinta: la jueza Carolina Lebbos, de la Sala de Ejecución Penal de Curitiba, aceptó la solicitud que formuló la defensa del ex mandatario de liberarlo provisionalmente con base en la Ley de Ejecución Penal, que permite a los condenados salir de prisión para asistir al velatorio de familiares cercanos.

Tras ser autorizado a estar con su familia en la última despedida a Arthur, Lula, de 73 años, abordó un helicóptero en las instalaciones de la Policía Federal de la ciudad de Curitiba, al sur de Brasil, para ser trasladado hasta el aeropuerto de Bacacheri. Desde allí viajó en un avión de la gobernación de Paranáhasta San Pablo. En medio de un intenso operativo de seguridad, el ex presidente brasileño fue escoltado de cerca por tres agentes de la Policía Federal.

Arthur Araújo Lula da Silva fue internado el jueves con un cuadro febril a las siete y veinte de la mañana. Murió cinco horas más tarde debido a un cuadro de meningitis meningococa, según un parte médico del Hospital Bartira de Santo André, en el Gran San Pablo.

La cremación del nieto de Lula está prevista para el mediodía de este sábado en el Cementerio Jardín de la Colina, en Sao Bernardo do Campo. En el mismo cementerio se realizó el sepelio de Marisa Leticia Rocco, la esposa del ex jefe de Estado, que murió en febrero de 2017.

La muerte del nieto de Lula ocurrió un mes después de que falleciera el hermano mayor del ex presidente, víctima de un tipo de cáncer que afectó sus vasos sanguíneos. Lula quería acudir al entierro de su hermano pero la Justicia tan solo le autorizó a participar de una reunión familiar cuando el cuerpo de Genival Inácio da Silva, conocido como Vavá, ya había sido sepultado, por lo que el ex presidente rechazó el permiso y decidió permanecer en su celda.

El pedido para acudir al entierro le fue negada al ex mandatario después que la Policía Federal argumentara problemas logísticos para su traslado y para garantizarle la seguridad en medio del sepelio.

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