La OMS recomendó sacar la sustancia de la lista de drogas a perseguir
El comité señaló en esa oportunidad que la lista IV está integrada particularmente por “sustancias dañinas y con beneficios médicos limitados” y considera que mantener el cannabis “en ese nivel de control restringiría gravemente el acceso y la investigación sobre posibles terapias derivadas de la planta”.
Los resultados de ese informe respaldan la carta que Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, envió el último 24 de enero al secretario general de la ONU, António Guterres, cuya copia está publicada en la web oficial de la OMS.
Con esta carta, la OMS intentará que los 53 países que integran la comisión de estupefacientes traten la propuesta y la sometan a votación, durante el 62º Período de Sesiones de Naciones Unidas, que se reunirá en Viena, Austria, en marzo de 2019.
Por primera vez desde 1961, el status del cannabis dentro del derecho internacional está cambiando. Las recomendaciones científicas de la OMS sobre el valor terapéutico y los daños relacionados con Cannabis sativa L., que revocan su prohibición de cannabis medicinal de 1950, probablemente cambiarán las políticas a nivel mundial.
La Organización Mundial de la Salud propuso reprogramar el cannabis dentro del derecho internacional para tener en cuenta la creciente evidencia de las aplicaciones médicas de la droga, revirtiendo la posición mantenida durante los últimos 60 años, que consideraba que el cannabis no debía ser usado en la práctica médica legítima.
El Comité de Expertos de la OMS en Drogodependencias se reunió a fines del año pasado para revisar críticamente la evidencia disponible sobre el cannabis y las sustancias relacionadas y acordar el nivel más adecuado de control internacional. La categorización actual del cannabis es tan estricta como la de la heroína, y el comité considera que mantenerlo en ese nivel de control restringiría gravemente el acceso y la investigación sobre posibles terapias derivadas de la planta. El grupo de expertos asesora sobre la programación de sustancias en función de su potencial de daño, dependencia y mal uso desde una perspectiva de salud pública. También toma en cuenta su utilidad terapéutica.
Tras sesenta años de aconsejar que los países “deberían esforzarse hacia la abolición del cannabis de toda práctica médica legítima”, ahora consideró que surgió suficiente información para permitir una revisión completa del cannabis y sustancias relacionadas, ya que cada vez son más los estados miembros que permiten el uso del cannabis para usos médicos y no médicos.
En su revisión, el comité recomendó que el cannabis y el aceite de cannabis se eliminen de la lista IV, la categoría más estrictamente controlada en el Tratado de la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961. También se debe reconsiderar el status de otros productos relacionados con el cannabis, aconseja.