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San Lorenzo derrotó a Nacional de Uruguay por los octavos de la Copa Sudamericana Ciclón de contundencia y buen juego

El equipo de Claudio Biaggio tardó quince minutos en encontrar el partido, pero a partir de ponerse en ventaja cumplió una buena actuación y consiguió un resultado que le permitirá viajar confiado a disputar la revancha, el miércoles próximo.
En el partido de ida por los  octavos de final de la Copa Suda-  mericana, San Lorenzo venció anoche 3-1 a Nacional de Montevideo, en una producción que desde lo individual y colectivo es de lo mejor que hicieron los dirigidos por Claudio Biaggio desde que arrancó la temporada. La revancha se jugará el miércoles próximo, en Montevideo.

Los primeros minutos dibujaron claramente la actualidad con la que llegaban ambos equipos. El local, en una incipiente crisis de confianza, por haber perdido ante Temuco los dos partidos por los 16avos de final –aunque avanzó de instancia por el fallo de la Conmebol, que le dio por perdido 3-0 el partido al conjunto chileno–, y por haber cosechado dos flojos empates por la Superliga (ante Tigre y Lanús). Los uruguayos, confiadísimos, porque arribaron a octavos dejando en el camino a Sol de América de Paraguay (empate en cero en la ida y triunfo por la mínima en la vuelta) y porque son los punteros invictos del torneo uruguayo, transcurridas cinco fechas.

Nacional manejaba el partido, sus hombres tenían el control de la pelota y no dudaban en adelantarse. Construyó buenas maniobras por las bandas, sobre todo en los pies de Viudez. Pero no fue contundente. De a poco, San Lorenzo encontró a Botta. Con su zurda, el volante le fue cambiando la cara de tres cuartos de cancha hacia adelante. Y ese mejoramiento tuvo premio. Sobre los 18 minutos, Pereyra metió un cambio de frente en el pecho de Reniero. El delantero la bajó, fue hasta el fondo y cruzó el centro al medio del área. Erramuspe se la llevó por delante y selló en contra el 1-0. Inesperado. Tal vez injusto por lo realizado hasta ahí. Porque después de conseguir la ventaja, el Ciclón mostró otra cara. Esa que deja ver que puede jugar. Y como muestra, basta aquella pelota que Botta empaló para dejar solo a Reniero ante Conde. El delantero la tocó por sobre la humanidad del arquero, pero un defensor interrumpió el viaje al gol del balón. Y a los 32 minutos, San Lorenzo estiró diferencias. Salazar cortó una pelota en una mala salida de la visita, corrió y antes de entrar al área se la cedió a Blandi. El goleador se afirmó y sacó un derechazo a quemarropa que dejó sin defensas a Conde.

El local alargó sus buenos minutos en el complemento. Creó chances para el tercero, sobre todo en una triple ocasión que no pudieron definir Salazar en primera instancia, Mouche y Blandi después. Nacional sufría, pero no se resignaba. Se exponía a los contragolpes, pero buscaba el gol de visitante. Y lo consiguió mediante un penal, convertido por Bergessio.

Se asustó San Lorenzo y retrocedió. Nacional tenía el empate a tiro y fue por él. Y ese planteo favoreció al Ciclón, que sacó un contragolpe vía Gudiño que derivó en el segundo penal de la noche. El goleador Blandi no perdonó y marcó el 3-1, un resultado que seguramente cambiará los vientos en Boedo, porque los dirigidos por Bianchi mostraron que sostener un protagonismo que hasta aquí le había faltado en lo que va del semestre.

 

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