Milagro Sala habla desde su residencia jujeña de El Carmen “Me quisieron quebrar y no han podido”
“Me quisieron quebrar y no han podido”, dijo Milagro Sala, a poco de llegar a la residencia en El Carmen, Jujuy, a la que fue trasladada este mediodía luego de que la Corte Suprema de Justicia le ordenara, una vez más, al juez Pablo Pullen Llermanos que cumpla con la resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que ordenó que ella cumpla prisión domiciliaria. El juez jujeño fue quien la mantuvo, hasta hoy, a la diputada del Parlasur y líder de la organización Túpac Amaru presa en el penal federal de General Güemes, ubicado en Salta, incomunicada y aislada en una celda individual. Una vez que retornó a la casa de El Carmen, Milagro abandonó la huelga de hambre que había comenzado 10 días atrás.
Sala dialogó con PáginaI12. Se la escucha firme y tranquila aunque las palabras se le escapan, como empujadas por la bronca que le causa la injusticia del controvertido proceso que atraviesa. La líder de la Tupac agradeció “a todos, para no olvidarme de ninguno” y disparó contra el gobierno de Gerardo Morales: “¿Qué hace con toda la plata que le manda (el presidente, Mauricio) Macri, si no hay obras, no hay trabajo y sigue habiendo hambre?”, cuestionó.
«Tengo varias sensaciones mezcladas. Estoy contenta y con bronca. Contenta porque ya no estoy en la cárcel, pero con bronca porque la domiciliaria tenía que ser en mi casa de Cuyaya y no acá, es como si me trasladaran a otra cárcel», indicó ya rodeada de su familia y, sobre todo, de su compañero Raúl Noro.
Sobre su compañero, Milagro advirtió que «le sacaron todos los medicamentos y ahora lo que quieren es que su médico de cabecera le haga todas las recetas nuevamente. Tiene que salir a comprar todos los medicamentos de nuevo, es una locura», dijo. El acoso contra ella y su familia no terminó allí porque Sala dijo que el juez le prohibió que sus médicos continúen atendiéndola porque no tienen la matrícula jujeña. «No dejan que me vean mis médicos porque dicen que tienen que estar matriculados en Jujuy. Pero matricularse en Jujuy demora seis meses. Lo que significa que yo en seis meses no voy a tener atención médica».
En el mientras tanto y sobre la posibilidad de que sea revisada por médicos locales, Milagro señaló que es poco probable que eso ocurra porque «lamentablemente, acá en Jujuy, médico que me viene a ver es amenazado por Gerardo Morales, es amenazado por los Pullen Llermanos y por la familia Falcone», dijo y agregó que «los médicos también tienen que trabajar y llevar la comida a la casa y temen por lo que les pueda pasar. Morales siempre manda a dos o tres patovicas, o a su apretador que se llama José Luis Estrada, a amenazar para que no me atiendan». Por otra parte, Milagro reconoció cierta desconfianza en la calidad de la atención médica que pueda recibir y se preguntó: «¿Qué puedo esperar de un diagnóstico de Jujuy, cuando sabemos lo que viene haciendo Gerardo Morales? Mi familia ha decidido que me atiendan médicos que no sean de la provincia, para que no sean apretados, puedan trabajar tranquilos y ver qué me está pasando realmente sin entregar falsos diagnósticos».
Sobre el traslado al penal de Salta, Milagro Sala afirmó que «es la tercera vez que él incumple con el dictamen de la Corte internacional y la Corte Suprema. En el último fallo de la Corte Suprema, en uno de los artículos, piden que explique por qué no cumplió con trasladarme a mi verdadero domicilio. Tendría que haberme llevado a mi casa en el barrio de Cuyaya y no a El Carmen. Resulta que ahora volvió a hacer lo mismo, es la tercera vez que incumple. Pareciera que no tiene la capacidad para poder entender los escritos de la Corte Suprema. Si no entiende los fallos no se qué hace como juez, habría que preguntarle dónde estudió abogacía», indicó.
En cuanto a las condiciones de vida en El Carmen, aseguró que continúa bajo la estricta custodia de Gendarmería y sólo pueden ingresar si cuenta con la autorización de Pullen Llermanos. «Él tiene que ver todo el listado de visitas y firmarlo para decidir si pueden pasar o no y con la familia es lo mismo. Seguimos con las 24 cámaras de vigilancia, con los 26 gendarmes y con toda la casa rodeada de alambre de púa y custodiada. Siguen siendo las mismas condiciones que la vez pasada, pero ahora está el tema de los médicos», afirmó.
Por último, indicó que «si llevarme a Güemes en una pieza sola, donde no tenía contacto con nadie ni podía salir al patio, es cuidar mi salud y mi vida, no me puedo imaginar qué haría si no la quisiera cuidar», dijo y antes de terminar la conversación envió un mensaje: «Les quiero agradecer a todos los que se movieron muy rápido para que me vuelvan a traer a Jujuy. No digo nombres porque no quiero olvidarme de ninguno y abrazarlos a todos».
Informe: Sibila Gálvez Sánchez