Incendios forestales arrasaron Mati, una localidad balnearia al este de Atenas, donde ya encontraron 74 cadáveres El horror del infierno concentrado en Grecia

Las llamas bajaron del monte alimentadas por fuertes vientos, sin dar tiempo a los habitantes. Muchos murieron en sus casas. Otros huyeron hacia el mar. Además, se incendiaron más de mil casas y 300 automóviles.

Ya son 74 las víctimas que murieron bajo las llamas que durante los últimos dos días arrasaron con el este de Atenas. Una de las zonas más afectadas fue la localidad balnearia de Mati, donde se encontraron 26 cadáveres carbonizados dentro de una casa, abrazados en grupos “en un último intento por protegerse”, según contó ayer un rescatista. En medio de esqueletos de automóviles y animales carbonizados, un centenar de bomberos continúa buscando eventuales víctimas y recibiendo las llamadas de aquellos que aún buscan a sus familiares.

Además de los 74 fallecidos, 187 personas fueron hospitalizadas, 82 de las cuales ayer por la tarde seguían bajo tratamiento. Por el momento, se está ayudando a los afectados con colectas y distribución de agua, comida y ropa. Durante las últimas horas, además, varios equipos de psicólogos se acercaron al lugar para brindar apoyo a aquellos que continúan buscando a sus parientes y amigos. Mientras tanto, las personas que perdieron sus casas fueron trasladadas a hoteles.

Por la dimensión de los destrozos que dejó la ola de incendios, el primer ministro Alexis Tsipras anunció 3 días de duelo y la cancelación de los actos que estaban previstos para conmemorar el restablecimiento de la democracia en Grecia, en julio de 1974. Además, el gobierno griego aseguró que se hará cargo del costo de los funerales y aprobará medidas fiscales a favor de los damnificados.

“Mati ya no existe”, sentenció el alcalde de Rafina, Evangelos Burnus, al precisar que “más de mil edificaciones y 300 vehículos” sufrieron daños. Para acelerar el inventario de daños, según informó el gobierno griego, hoy se iban a presentar en la zona 308 ingenieros. “El problema es lo que se oculta bajo las cenizas”, advirtió en ese sentido el vicepresidente de los servicios de emergencia, Miltiadis Mylonas.

La violencia de los vientos en Mati, con ráfagas de más de 100 kilómetros por hora, “provocó una progresión fulminante del fuego en el tejido urbano”, explicó la vocera de los bomberos, Stavroula Maliri. Más de 700 personas fueron evacuadas por vía marítima hasta el puerto de Rafina. Mientras llegaban los socorristas, esperaron con angustia al borde del mar, dentro de nubes de cenizas.

En ese intento por escapar de las llamas, fueron varios los que quedaron en el camino. Además de los 26 que murieron abrazados dentro de una casa –algunos eran niños–, se encuentran entre las víctimas seis personas que fueron halladas muertas en el mar, otras tres a bordo de un auto y otra en una moto.

Una de las sobrevivientes, Stella Petridi, es una jubilada de 65 años que se encontraba en la iglesia cuando sintió la cercanía del fuego y corrió a su casa para salvar a su familia. Como no pudo abrir la puerta de su hogar, que se encontraba rodeado de llamas, escapó hacia la playa donde fue evacuada junto a otras personas por una lancha patrullera que los llevó hasta la cercana ciudad portuaria de Rafina. Athanasia Oktapodi, otra sobreviviente de 60 años, con el rostro tiznado y los ojos enrojecidos, testimonió sobre la rapidez de la propagación de las llamas, calificada como “fulminante” por los propios bomberos: “Vi descender el fuego desde la colina y en cinco o diez minutos ya estaba en mi jardín”. “Yo salí corriendo como loca hacia la playa y me metí en el agua. Luego llegaron las patrulleras”, agregó.

De esta manera, la mayoría de los sobrevivientes quedaron impotentes y aterrados en el mar, observando las llamas durante horas. Además de los pinos, particularmente combustibles, varios vecinos señalaron haber escuchado numerosas explosiones debido a bombonas de gas, muy comunes en las residencias de verano.

El trágico escenario se repitió en la pequeña ciudad vecina de Kokkino Limanaki, donde se pudo ver a los socorristas sacar el cadáver de una anciana de un auto. Según relató un vecino, Anastasios Probonas, “Su hijo salió de la casa para ponerla a salvo en el vehículo”. Y continuó: “Pero él ya tenía quemaduras, por lo que le dije de partir rápido con sus dos hijos, lo que hizo en moto”, dejando a su madre atrás.

“La gente está conmocionada, perdida, algunos perdieron todo, niños, padres, casas”, dijo a los medios Georgia Trisbioti, una portavoz de la Cruz Roja. El país, que activó el mecanismo europeo de protección civil, está contando con la ayuda, especialmente en medios aéreos, de España, Francia, Israel, Bulgaria, Turquía, Italia, Macedonia, Portugal y Croacia.

“La Comisión Europea no escatimará en sus esfuerzos por ayudar a Grecia”, tuiteó el presidente de la C.E., Jean-Claude Juncker. “El dolor de los siniestrados nos afecta a todos”, afirmó por su parte la canciller alemana Angela Merkel en un telegrama a Tsipras. El papa Francisco también expresó “su profunda tristeza”, mientras que el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg expresó “la solidaridad” de la Alianza.

Si bien en Grecia se está viviendo una ola de calor, con temperaturas máximas de hasta 40ºC, la fiscalía de la Corte Suprema abrió una investigación sobre las causas del siniestro. El primer ministro, Tsipras, subrayó que el gobierno está haciendo frente a un fenómeno “extremo”, “asimétrico”.  Además, el portavoz del gobierno, Dimitris Tzanakopulos, explicó que hubo “15 focos de incendio simultáneos en tres frentes diferentes” en Atica y dijo que Estados Unidos prestó un dron para sobrevolar Atica y “observar y detectar cualquier actividad sospechosa”.

Publicaciones Similares