El Presidente anunciaría el lunes su plan de reconversión de las Fuerzas Armadas
El panorama cambió en unas pocas semanas. Luego de que el ministerio de Defensa que encabeza Oscar Aguad anunciara un 8 por ciento de aumento salarial para los uniformados, el clima se volvió tan espeso que el Gobierno debió suspender el desfile en Palermo previsto para el 9 de Julio y se reemplazó por una celebración acotada en Tucumán. Macri revirtió luego la medida de Aguad y citó a los jefes castrenses a Olivos para anunciarles un aumento del 20 por ciento, que incluso gracias a los adicionales es superior para los retirados, lo que sirvió para disipar los nubarrones.
Ya solucionada la cuestión salarial, ahora Macri volverá a la carga con su idea de dotar de un nuevo rol a los militares, algo que ya anunció por primera vez en 2016 y que desde entonces generó el rechazo de especialistas en el tema y de los organismos de derechos humanos. Las leyes de defensa nacional y seguridad interior de 1988 y 1991, respectivamente, y el decreto 727 de 2006 marcaron los límites a que las Fuerzas Armadas intervengan en cuestiones de seguridad interior como resultado de los acuerdos consensuados desde la transición democrática. Los organismos denuncian que las supuestas “nuevas amenazas” –teoría rechazada expresamente en el decreto 727– que se esgrimen desde el poder, no son más que una excusa para habilitar mayores márgenes de intervención y discrecionalidad a las Fuerzas Armadas, tal como se pregona desde el Comando Sur de Estados Unidos.
Desde Presidencia no trascendió la totalidad del paquete de medidas que anunciará. Existía una propuesta de reforma elaborada desde el propio Estado Mayor Conjunto, de la cual el Gobierno habría tomado elementos para el anuncio que se hará el lunes en Campo de Mayo. En plan de achique se cerrarían regimientos y, por primera vez, se crearían unidades conjuntas compuestas por efectivos del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. Esto permitiría conseguir recursos con la venta de los terrenos que quedarán libres. Los militares esperan que esos fondos se destinen a la adquisición de nuevo equipamiento.
Más allá del reordenamiento físico, la expectativa está puesto en el marco legal que Macri le dará al accionar militar. El Gobierno tiene en la mira el decreto 727, que restringe el uso de las Fuerzas Armadas a ataques de ejércitos extranjeros. En principio, trascendió que el Gobierno trasladará a 3 mil efectivos del Ejército a la frontera con Misiones, para liberar a los gendarmes que están allí, a los que destinaría a tareas de seguridad en el GBA.