Duro documento del grupo Cristianos para el Tercer Milenio Contra la concentración de riquezas
La declaración reclama que el acuerdo con el Fondo sea analizado por el Congreso y exige poner a la pobreza “en el centro de las preocupaciones de la democracia”, pero de manera real y “no sólo declamativamente”.
El grupo “Cristianos para el Tercer Milenio” (CTM) dio a conocer un documento en el que sostiene que “como cristianos queremos decir que cuando se adopta un modelo que favorece la concentración de la riqueza en pocas manos, y no su equitativa distribución, la preocupación por el hambre, la enfermedad y educación se convierten en una declamación vacía de contenido” y reclaman que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional sea analizado por el Congreso.
La declaración fue emitida también en respaldo de la Comisión de Pastoral Social del episcopado católico organismo que la semana anterior afirmó que: “La pobreza debe estar en el centro de las preocupaciones de la democracia”.
CTM está integrado entre otros por Rodolfo Brardinelli, Alicia Pierini, Angel Bruno, Luis Miraldi, Rodolfo Briozzo, Cristina Domeniconi, Ana Cafiero, Hernán Patiño Mayer, Eduardo Casado Sastre, Miguel Estevez Couso, Alicia Ladrón de Guevara y José Luis Di Lorenzo.
Recordando el reciente documento vaticano sobre “Las cuestiones económicas y financieras” los Cristianos reafirman que “declarar preocupación por el sufrimiento de los pobres se parece mucho a una burla mal intencionada” cuando se sigue predicando y favoreciendo la libertad del mercado sin atender a que, como dice el documento pontificio, “la experiencia de las últimas décadas ha demostrado con evidencia (…) lo ingenua que es la confianza en una autosuficiencia distributiva de los mercados”.
Los datos recientemente aportados por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina puso en evidencia, dicen los CTM, que “el 8,5 % de los menores que pasaron hambre durante 2017, que el 17,6% que está mal nutrido por insuficiencia alimentaria y que el 33,8 % que debe comer en comedores comunitarios”, reafirman la necesidad de poner la pobreza “en el centro de las preocupaciones de la democracia” pero de manera real y “no sólo declamativamente”.
Porque –sostienen- “cuando la preocupación central de la democracia es el equilibrio de la macroeconomía y no la marcha de la economía real, la democracia se vacía de contenido”.
Cristianos para el Tercer Mileno coincide también con la Pastoral Social del Episcopado en reclamar “que las políticas de ajuste no se practiquen sobre los pobres” pero advierten que “al acudir al FMI, y al aplicar disciplinadamente las políticas que impone, se está haciendo precisamente lo contrario”. Y señalan los CTM que así ha quedado en evidencia en “todos los países donde se aplicaron estas recetas, y como lo demuestra nuestra propia y dolorosa historia, el disciplinamiento al FMI carga el peso del ajuste sobre los pobres y sólo conduce a más miseria y menos trabajo, a más hambre y menos salud, a más exclusión y menos futuro”.
Respaldando también lo señalado en la “Semana social” de la Iglesia Católica, el grupo de cristianos reafirma que “la razón de ser de la democracia es que todos los habitantes de una nación puedan participar en las decisiones políticas”, porque “lo indudablemente dañoso (son) las políticas de ajuste que impone el FMI”.
En línea con lo anterior, los CTM sostienen que “más allá de cuestiones legales que la gravedad del caso convierten en abstractas, el acuerdo con el FMI debe ser tratado en el congreso por los representantes del pueblo argentino”. Y, agregan, “es un deber de nuestros diputados y senadores exigir ese tratamiento. Será una oportunidad de demostrar si verdaderamente el hambre, la salud, la educación y el futuro de los pobres está en el corazón de nuestros representantes”, concluyen.